Tocar bebop es como jugar a la sopa de letras faltándote todas las vocales.
Duke Ellington
La capacidad de un pueblo para gobernarse democráticamente es proporcional a su grado de comprensión de la estructura y del funcionamiento del conjunto del cuerpo social.
Arthur Koestler
Además, cuando nosotros concluimos que Dios no ha podido dejar de hacer aquello que ha hecho, lo deducimos de su perfección, porque en Dios sería una imperfección el poder omitir lo que hace.
Baruch Spinoza
Quien entienda al babuino hará más por la metafísica que Locke.
Charles Darwin
Si se me diera la oportunidad de hacer un regalo a la siguiente generación, sería la capacidad de reírse cada cual de sí mismo.
Charles M. Schulz
Tú piensas que cuando te despiertas por la mañana el ayer no cuenta. Pero es todo lo que cuenta realmente. ¿Qué más hay? Tu vida se compone de los días de que está compuesta.
Cormac McCarthy
La primera de las ventajas de una intimidad antigua, consiste en que como ya se conocen los amigos, no encuentran placer en engañarse mutuamente.
Ignacio Ramírez
Las fronteras de lo improbable ya han sido cruzadas simplemente por el hecho de que el mundo existe.
Jostein Gaarder
La lucha nacionalista es un atraso, el futuro del mundo son las estrellas.
Juan José Benítez
Las voces de gente regresan al camino atardecer de otoño.
Matsuo Basho
Los imperios están condenados a la dispersión, como las ortodoxias y las ideologías, a los cismas y a las escisiones.
Octavio Paz
Todos sois hijos míos, pero estáis perdidos porque seguís a líderes que están ciegos.
Oscar Isaac
La historia de nuestras vidas, por Allison Hamilton Calhoun. Para mi amor, Noah. Léemela y regresaré a ti.
Rachel McAdams
Una de las razones por las cuales las organizaciones se estancan es que se aferran a sus mejores jugadores durante tanto tiempo que acaban perdiendo al resto del banquillo.
Seth Godin
El regalo más valioso que podemos ofrecer a otros es nuestra presencia.
Thich Nhat Hanh
Una persona perezosa es un reloj sin agujas, siendo inútil tanto si anda como si está parado.
William Cowper