Es divertido divertirse, pero tienes que saber cómo.
Dr. Seuss
Una tontería sigue siendo una tontería aunque sea dicha por cincuenta millones de personas.
Anatole France
Cuando un hombre está luchando contra un leopardo en medio de un estanque, no está en condiciones de huir.
Cary Grant
Debo aclarar que llevaba una capa de terciopelo negro para parecerme al apuesto, romántico Zorro. Pero en realidad parecía un murciélago gigantesco con gafas.
Dave Barry
La verdad que más patente surgía ante sus ojos era la de que su vida había sido muy dichosa, de que ella era una persona verdaderamente afortunada. Había disfrutado lo mejor de todo y, en un mundo en que tantos individuos se desenvuelven en circunstancias nada envidiables, constituía una ventaja el no haber padecido nada desagradable.
Henry James
No hay que hablar y actuar como hijos de nuestros padres.
Heráclito
La sociedad existe para el beneficio de sus miembros, no los miembros para beneficio de la sociedad.
Herbert Spencer
Inculca sentimientos de bondad. Transmite la verdad y haz el bien.
Jerónimo Usera
No tenemos argumentos para defender a una industria que ha creado el problema y no ha creado la solución.
Kutxi Romero
El murmullo de las conversaciones agrandábase en gozosa gratitud. ¡Eso era patriotismo, y querer a sus paisanos, y saber granjearse su cariño hasta la muerte!
Leopoldo Lugones
No hay vicios que no encuentren entre la alta sociedad apoyos complacientes, y se ha visto trastornar la distribución de un castillo para hacer que una hermana durmiera cerca de su hermana cuando se ha sabido que no la amaba sólo como hermana.
Marcel Proust
Sólo contra la luna, dificulto que haya un varón en los antiguos cultos con un cacho de heridas más bonitas.
Pablo de Rokha
Es toda una experienciavivir con miedo, eso es lo que significa ser esclavo.
Rutger Hauer
Apártate del hombre necio, pues no conocerías labios doctos.
Salomón
Yo estoy segura de que todos los españoles tenemos sangre judía en las venas.
Trinidad Jiménez
La mujer que quiera ser virtuosa no debe tener piedad de sus manos.
Victor Hugo