No han querido la paz en absoluto; han querido ahorrarse guerra - como si la ausencia de la guerra fuese lo mismo que la paz.
Dorothy Thompson
La realidad siempre se apresura a demostrarnos hasta qué punto carecemos de imaginación.
Amélie Nothomb
Parte principalísima de toda cosa es el principio.
Anónimo
Todas las cosas están sometidas a la necesidad y que en la naturaleza no existe ni el bien ni el mal.
Baruch Spinoza
Pero para esta época, 1836 a 1839, yo había comenzado a ver, gradualmente, que el viejo testamento, desde su manifiesta falsa historia del mundo, con su Torre de Babel, el arcoíris de señal, etc., y desde atribuirle a dios los sentimientos de un tirano vengativo, no era más de confiar que los libros sagrados de los hindúes o las creencias de cualquier bárbaro.
Charles Darwin
Tiene la piel mas gruesa que un rinoceronte.
Francisco Franco
Es evidente que la Iglesia española volverá (ya dice el refrán que los jesuitas son como la falsa moneda).
George Orwell
Entre todos los vestidos que yo he visto poner al orgullo, el que más me subleva es el de la humildad.
Henry Mackenzie
El temor a la muerte es el mejor signo de una vida falsa, esto es, mala.
Ludwig Wittgenstein
El vasallo está obligado a no pagar las ofensas a su Rey mal, que es traición y fuera cosa mal hecha.
Luis Vélez de Guevara
Aléjate de aquellos que intentan menospreciar tus ambiciones. Gente pequeña siempre lo hace, pero los verdaderamente magníficos te hacen sentir que, tú también, puedes ser magnífico.
Mark Twain
Los derechos de propiedad intelectual suelen hacer mejor a algunos (las empresas farmacéuticas) y mucho peor a otros (los que de otro modo podrían haber sido capaces de comprar los medicamentos).
Paul Samuelson
Quiero que estos retretes estén tan limpios que hasta la misma VirgenMaría pudiera venir y descargar con la cabeza bien alta.
R. Lee Ermey
El coito es la consumación del amor; es decir; el fin del amor.
Salvador Elizondo
El peligro radica en que nuestro poder para dañar el ambiente, o al prójimo aumenta a mayor velocidad que nuestra sabiduría en el uso de ese poder.
Stephen Hawking
El viento era cada vez más potente. Silbaba con fuerza y hacía que los dos mástiles se combaran como cañas de pescar. Las olas se alzaban y, con la sencillez de quien salta un simple leño, pasaban de un lado al otro del barco, agitadas como una banda de facinerosos, y entonces se las llevaba la corriente. En aquellos momentos, las escotillas se convertían en cataratas.
Takiji Kobayashi