Si su jefe percibe que usted se preocupa por el balance de la empresa lo apreciará como a ninguno.
Donald Trump
La verdad de un hombre está sobre todo en lo que éste oculta.
André Malraux
Nacemos con las manos cerradas, porque no traemos nada y, cuando nos morimos, lo hacemos con las manos abiertas, porque no nos llevamos nada.
Bernardo Stamateas
El lobo seguía aullando de una extraña manera, y un resplandor rojizo comenzó a moverse por entre los cipreses, como siguiendo el sonido. Cuando las voces se acercaron, el lobo aulló más fuerte y más rápidamente.
Bram Stoker
Vivimos en la dictadura del funcionario, que no defiende la idea sino la nómina; lo que siempre da mayores arrestos.
Camilo José Cela
Hay que dejar que las espintas de las dificultades ciñan nuestra cabeza y que la lanzada de la contradicción traspase nuestro corazón. Beber la hiel y tragar el vinagre... puesto que Dios así lo quiere.
Francisco de Sales
El odio del contrario es el amor del semejante: el amor de esto es el odio de aquelllo. Así, pues, en sustancia, es una cosa misma odio y amor.
Giordano Bruno
¡Qué barbaridá, cómo los hace laburar el Profe! Hace cansar hasta a los conitos...
Héctor Veira
Los que no cambian nunca de opinión deben cerciorarse bien antes de juzgar.
Jane Austen
Los pensamientos combinados con cualquiera de las emociones constituyen una fuerza magnética que atrae otros pensamientos similares o relacionados.
Napoleon Hill
¿Me achacaríais como delito rechazar a una solterona cuando Vuestra Excelencia se permite soplarnos a todas las jóvenes?
Pierre-Augustin de Beaumarchais
La lucha que libramos acrisola y modela el porvenir.
Rigoberta Menchú
O eusqueriano, o español; o nacionalista o extranjerista: no hay medio.
Sabino Arana
La filosofía de una edad se han convertido en los absurdos de la siguiente, y la locura de ayer se ha convertido en la sabiduría de mañana.
William Osler
La compasión es la virtud de los reyes.
William Shakespeare
En una ocasión salí de la ciudad y a la vuelta, en un punto en el que la tierra se elevaba y veía el mar a la izquierda y toda la carretera por delante, de pronto sentí que estaba en el cielo. En realidad el lugar era exactamente el mismo que el que había pasado hacía algunos minutos, pero había cambiado mi forma de verlo.
Yann Martel