Ahora tengo dos manos nuevas y no se cual de ellas usar para matarte.
Donal Logue
No busco, en efecto, entender para creer, sino que creo para entender. Pues creo esto, porque si no creyere, no entendería.
Anselmo de Canterbury
¡El comandante en jefe de las fuerzas armadas soy yo!
Arturo Umberto Illia
Los argentinos, nos dividimos en: aterrados, encerrados, enterrados y desterrados.
Eduardo Galeano
Pero no olvidéis que grandes logros más allá de las fuerzas humanas suelen parecer producto de la energía de unos necios.
Eiji Yoshikawa
No creo que Hamilton cuente con ningún tipo de privilegios.
Fernando Alonso
Las mujeres son los ángeles de la familia: Madre, esposa o hermana, la mujer es la caricia de la vida, la suavidad del afecto derramada por todas sus penalidades, un reflejo sobre el individuo de la Providencia amorosa que vela por la humanidad.
Giuseppe Mazzini
El crecimiento y desarrollo de las personas es la más alta vocación de liderazgo.
Harvey Samuel Firestone
Esfuerzate por describir el oleaje que ya existe en tu mente.
Jack Kerouac
No sabremos lo que podemos llegar a ser hasta que no sepamos lo que somos capaces de hacer.
Ken Robinson
Si sintiera deseos de volarme los sesos, trabajaría en una mina de carbón o me haría paparazzi. Esta vida es jodidamente bella y no me volaré la cabeza por cualquiera: preferiría que alguien lo hiciera por mí.
Liam Gallagher
No siempre hay un asesino, algunas veces toca morir.
Luis Eduardo Aute
El talento es un don que Dios nos ha dado en secreto y que nosotros revelamos sin darnos cuenta.
Montesquieu
Nosotros, los anarquistas, no tememos renunciar al juez ni a la condena. No tememos declarar: haz lo que quieras y como quieras; porque estamos convencidos de que la inmensa mayoría de los hombres, a medida que se eduquen y se quiten de encima las actuales trabas, actuarán siempre en una dirección útil a la sociedad.
Piotr Kropotkin
Es importante ser bueno, pero más importante es hacer el bien.
Robert Baden-Powell
El bizkaíno es laborioso (Vez labradas las montañas hasta la cumbre); el Español, perezoso y vago (contemplar sus inmensas llanuras desprovistas en absoluto de vegetación). El Bizkaíno es emprendedor; el español nada emprende, a nada se atreve, para nada vale.
Sabino Arana