La prisa y el necio se topan frecuentemente.
Doménico Cieri Estrada
La cincuenta yo creo que es la moto más difícil que he pilotado en mi vida. Tenía un motor que si lo pasabas de vueltas, se rompía.
Ángel Nieto
Cualquiera que haya leído Historia de España sabe que aquí hemos sido todos igual de hijos de puta.
Arturo Pérez-Reverte
Escribo diálogos porque no me gusta describir cosas por mí mismo. Me gusta el punto de vista y los puntos de vista cambian. Todo se basa en cómo un personaje ve cualquier cosa que esté ocurriendo. Incluso el tiempo.
Elmore Leonard
El euro. Llevo una semana guardando el mismo euro para el que me preguntara por las armas de destrucción masiva, pero como he sabido que empiezan a perder interés, se lo ha ganado usted; luego se lo doy.
Federico Trillo
Un filósofo es un hombre, y su primer y último cuidado debería ser la ordenación de su alma: solamente desde ese centro puede él estudiar el mundo.
George Santayana
Las mujeres son capaces de todo; y los hombres son capaces de todo lo restante.
Henri de Régnier
Si alguien está dispuesto a celebrar una posible reelección de Bush, es Al-Qaida. Mientras que es claro que los palestinos esperan que una victoria de Kerry desbloquee la situación.
Ivor Roberts
El hombre es un milagro sin interés.
Jean-Jacques Rousseau
Las cosas no desaparecen, simplemente cambian, y cambian, y cambian de nuevo.
Jim Henson
La moda es la manada; lo interesante es hacer lo que a uno le da la gana.
Luis Buñuel
Tejer y destejer la manga del jersey de Penélope a lo largo de los días con un ovillo con el que juega el gato, en eso consiste en el fondo la literatura.
Manuel Vicent
Siendo contra los clamores de la naturaleza vender a los hombres, quedan abolidas las leyes de la esclavitud.
Miguel Hidalgo y Costilla
El progreso es lento, la gente está asustada.
Patricia Clarkson
¡Las muertes más tristes son aquellas paulatinas y constantes, que llenan una existencia: la muerte de la fe, de la ambición, del amor..!
Samuel Blixen
La brisa buena sopló, la espuma blanca voló, el surco seguía libre detrás; éramos lo primero que alguna vez irrumpía dentro de ese mar silencioso.
Samuel Taylor Coleridge