Este es tu último discurso.
Dolores Ibárruri
Vemos la luz del atardecer anaranjada y violeta porque llega demasiado cansada de luchar contra el espacio y el tiempo.
Albert Einstein
Tic tac, es tu joven corazón buscando el amor; tic tac, escucha de cerca su voz.
Amaia Montero
Me dijeron que para enamorarla tenía que hacerla sonreír. El problema es que cada vez que sonríe, me enamoro yo.
Bob Marley
El propósito de la justicia es dar a cada quien lo debido.
Cicerón
Mucho después, en una época incierta en la que trataba de entender algo de mí mismo vendiendo enciclopedias y libros de medicina por los pueblos de Guajira.
Gabriel García Márquez
Ama a tu vecino, pero no derribes vuestra; verja.
George Herbert
Afortunadamente esta revolución no depende de un hombre, hemos pasado etapas y hoy tenemos un liderazgo colectivo que se ha desplegado por todas partes.
Hugo Chávez
- ¿Traicionaría a su padre? - Lo traicionaría por una chocolatina, pero es mi padre, no el tuyo.
Jonny Lee Miller
Porque la claridad, al descender en giros de canción, enciende una alegría de mujer en el espejo gris del corazón.
José Gorostiza
La gente siempre piensa en medicamentos y vacunaNo hay ganancias. (en nutrición)
Luc Montagnier
Hasta nuestro propio decoro como pueblo viril nos obliga a someter cuanto antes, por la razón o por la fuerza, a un puñado de salvajes que destruyen nuestra principal riqueza y nos impide ocupar definitivamente en nombre de la ley del progreso y de nuestra propia seguridad los territorios más ricos y fértiles de la República.
Nicolás Avellaneda
La música existió siempre y habrá música una vez que Ray Charles haya muerto.
Ray Charles
A la música y a mujeres tengo que ceder, a persar de lo que esté haciendo.
Samuel Pepys
Es el sentimiento de injusticia lo que resulta insoportable para todos los hombres. Ningún hombre puede ni debe soportarlo.
Thomas Carlyle
En varias cárceles especiales, como la que dirigía Duch, se torturaba a los sospechosos para que revelasen los nombres de sus cómplices y luego se les ejecutaba de forma sistemática. Las confesiones extraídas a las víctimas permitían mantener la ficción de las conspiraciones, que debían servir para explicar los fallos económicos y justificar la dictadura, convertida en un fin en sí misma.
Tzvetan Todorov