Preguntaron a Tales qué era más difícil al hombre y contestó; conocerse a sí mismo.
Diógenes
¡Mire si sabré estas cosas que yo me casé con tres!
Anónimo
De noche, te alisabas los cabellos, yo me dormía, meditando en ellos.
Blas de Otero
Algunos clientes y arquitectos aún se encuentran, en cuanto a manera de pensar y sentir se refiere, en el siglo XV; sólo unos pocos se encuentran de verdad en el siglo XX. Una correspondencia entre la sensibilidad del cliente y la del arquitecto contribuirá a un feliz resultado.
Ernst Neufert
A, b c, d, e, f, g, h, i, j, k, l, ll, m, n, ñ, o, p, q, r, s, t, u, v, w, x, y y z.
Jaume Perich
La mayor felicidad de los pueblos dase cuando el príncipe admite a su confianza y escoge por ministros suyos a aquellos mismos que los súbditos le hubieran impuesto, si hubieran sido ellos los amos.
Jean de la Bruyere
Siempre es un momento histórico.
Jorge González Moore
No hay consuelo arriba ni abajo. Solo nosotros. Pequeños, solitarios, esforzándonos, luchando unos contra otros. Yo me rezo a mí mismo y por mí.
Kevin Spacey
Si yo amo una persona, de modo entrañable, estoy pendiente de ella; a ella me entrego en todo y para todo y ella me conduce a donde quiera.
Miguel Servet
Un gobierno nuevo tiene que deslumbrar y sorprender; cuando deja de brillar, cae.
Napoleón Bonaparte
En el mundo, desconocida, duerme una voz no pronunciada; sólo el sonido de tus pasos será capaz de despertarla.
Percy Bysshe Shelley
Cuando el A. C. Milán juega, no hay un objetivo principal.
Robinho
El Cine debería hacerte olvidar que estás sentado en una sala de cine.
Roman Polanski
Yo no soy patriota. Este vocablo que hace más de un siglo significaba la revolución y libertad ha venido a corromperse y hoy manoseado por la peor gente incluye la acepción, más relajada de los intereses políticos y expresa la intransigencia, la intolerancia y la cerrazón mental.
Santiago Carrillo
Vivir es sentir la vida; es tener sensaciones fuertes.
Stendhal
El fin del terrorismo no es solamente matar ciegamente, sino lanzar un mensaje para desestabilizar al enemigo.
Umberto Eco