El hombre se convierte en hombre porque Dios se hizo hombre. Pero el hombre no se convierte en Dios. Por consiguiente él no pudo ni puede realizar la transformación de su figura, sino que el mismo Dios transforma su figura en la figura del hombre, no para que el hombre se convierta en Dios, sino para que el hombre se convierta en hombre ante Dios.