Besar a Orlando fue algo extraño para mí. No es tan divertido ni fácil hacer escenas de amor como la gente cree. Te sientes vulnerable, y cerca están como cien personas mirándote.
Diane Kruger
Si te vas, quiero verte partir, saber que te has ido, sin adioses el amar y el morir, nunca son olvido.
Alfredo Zitarrosa
¡No es gordura! Es desarrollo.
Brigitte Bardot
Por muy lejos que el espíritu vaya, nunca irá más lejos que el corazón.
Confucio
Se debe temer sólo aquello que puede perjudicar a otro; lo demás, no, que no da miedo.
Dante Alighieri
Antes de iniciar la labor de cambiar el mundo, da tres vueltas por tu propia casa.
Eric Frattini
Ha penetrado el árbol en mis manos, la savia por mis brazos ha ascendido el árbol en mi pecho se hizo grande, hacia abajo, salen de mí las ramas como brazos. Árbol eres, musgo eres, eres violeta que acaricia el viento... Mueren los árboles y el sueño permanece.
Ezra Pound
En la tierra de la anarquía absoluta no hallaréis aventuras, pero en la de la autoridad, cuantas os plazca.
Gilbert Keith Chesterton
El cambio se dará en el corazón de cada ser humano, cuando tenga la valentía y la sensibilidad suficiente para escuchar la llamada, puesta en cada individuo desde que el hombre es hombre.
Héctor Tassinari
Un buen líder debería gobernar con el ingenio de un noble, pero con el corazón de un campesino.
José Vicente Alfaro
Con que vivir en paz y ser dichoso:
Juan Bautista Arriaza
Da mihi animas, caetera tolle.
Juan Bosco
¡Ella te ha visto, te ha visto! Hacia ti viene tendiéndote los brazos. ¡Es la Alegría de tu madre, es la Alegría-sin-igual-del-amor-materno!
Maurice Maeterlinck
Casi todos los hombres son esclavos, por la razón que los espartanos daban de la servidumbre de los persas, por no saber pronunciar la sílaba ‘no’.
Nicolas Chamfort
La misión del escritor no consiste en decir lo que piensa, sino en decir lo que los otros creen que han pensado alguna vez.
Noel Clarasó
Nuestras leyes llaman a la casa de un hombre su castillo, entendiendo con eso que puede su dueño defenderse dentro de ella.
William Lambarde