La última vez intentó suicidarse respirando cerca de un queso podrido.
Diane Keaton
Los piqueteros ven una pala y les da fiebre.
Aníbal Fernández
Toda clase de gobiernos - y, en realidad, cualquier provecho y satisfacción, cualquier virtud y acción prudente - está basada sobre compromisos y pactos.
Edmund Burke
Si el vino perjudica tus negocios, deja tus negocios.
Gilbert Keith Chesterton
La guerra deja ardua herencia de guerras.
Guglielmo Ferrero
Es curioso pero alguna güevonada queda.
Jaime Garzón
Aquél que no perdona a otros, destruye el puente sobre el cual él mismo debe pasar; porque todos los hombres necesitamos ser perdonados.
Lord Herbert
La paciencia es el arte de confiar.
Luc de Clapiers
Para una persona no violenta, todo el mundo es su familia.
Mahatma Gandhi
No sólo hay que recordar que cada día vivido es un día menos sino que no está garantizado que nuestra inteligencia nos acompañará hasta el final.
Marco Aurelio
El hombre que tiene experiencia de las cosas no participa en absoluto en el mundo. Pues es en él donde la experiencia surge, y no entre él y el mundo. El mundo no tiene parte en la experiencia. Se deja experimentar, pero no compromete su interés.
Martin Buber
En el matrimonio la más difícil son los primeros quince o veinte años, después todo se asienta.
Paul Hervieu
Tú por hacer, yo por quedarme tan parado y los dos juntos por tener nuestra cabeza en otro lado.
Roberto Iniesta
Mientras haya hombres necesitados de alegría, hombres que, agotados por la tensión trágica de las pasiones, quieran escuchar la música misteriosa de la poesía que fluye quedamente de las cosas, las novelas de Dickens retornarán también incesantemente.
Stefan Zweig
Es sólo que conozco los pensamientos de otras personas, y sé que el amor y el deseo no siempre recorren el mismo camino. Para mí, sí. Al menos ahora que ambos existen para mí - musité. Eso está bien. Al menos tenemos una cosa en común - dijo complacido.
Stephenie Meyer
Fue, como si la ciudad, en su convulsión y su desgracia, hubiera generado espontánea y necesariamente ese minúsculo universo del alma, unas pocas ventanas intactas cegadas con pintura negra. Nadie quería ver la ciudad destrozada.
William Gibson