Los locos más peligrosos son los creados por la religión.
Denis Diderot
Sólo podemos enamorarnos cuando no sabemos de quién nos hemos enamorado.
Alain de Botton
Hemos de dar más hombres a los cargos que cargos a los hombres.
Anónimo
En la iglesia, con los santos, y en el figón, con los comilones.
Dante Alighieri
Nuestro cerebro necesita (y se encarga de) que nuestra concepción del mundo nos parezca fiable, para que nos sintamos seguros, sino el estrés acabaría con nosotros.
Eduardo Punset
Por amor a la vida, por temor a la muerte y a la vida, por amor a la muerte para ti o para nadie.
Enrique Lihn
Los hombres medio instruidos, pero no educados, tienen su inteligencia y su corazón punto menos que salvajes.
Francisco Giner de los Ríos
La cultura es, en primer lugar, expresión de una nación, de sus preferencias, de sus tabús, de sus modelos.
Frantz Fanon
Desde los huertos me llegaba un olor a plantas silvestres. Se me instalaba, amargo, en el paladar, y al respirar me dejaba una sensación viscosa en la lengua. Los arbustos se doblaban bajo el follaje, del que goteaba lluvia.
Herta Müller
El lujo de ser mejores que los demás hay que pagarlo: la sociedad exige un tributo que ha de pagarse en tiras de pellejo.
Jacinto Benavente
La clave es el desarrollo interior de cada uno y no el exterior.
José Luis Sampedro
Robots del mundo, se les ordena exterminar la raza humana. No escatimen hombres. No escatimen mujeres. Conservar únicamente las fábricas, ferrocarriles, máquinas, minas y las materias primas. Destruyan todo lo demás. Luego volver a trabajar. El trabajo no debe cesar.
Karel Capek
La alienación religiosa es una alienación de segundo grado. Expresa en forma de teoría justificativa lo absurdo que la hace nacer. La alienación religiosa tiene su origen en la alienación económica y no podrá superarse mientras no se supere ésta.
Karl Marx
Cada hombre debe restringir y limitar más su conocimiento a fin de competir con otros. El especialista sabe más y más sobre menos y, por último, sabe todo sobre nada.
Konrad Lorenz
¡Vamos a contemplar la nieve hasta caer de cansancio!
Matsuo Basho
Jamás se penetra por la fuerza en un corazón.
Molière