Los médicos trabajan para conservarnos la salud, y los cocineros para destruirla, pero estos últimos están más seguros de lograr su intento.
Denis Diderot
Antes o después, a todos nos llega en esta vida un demonio propio que nos persigue y atormenta y al final de cuentas hemos de luchar contra él.
Daphne du Maurier
Si todo es imperfecto en este mundo imperfecto el amor es lo más perfecto de todo precisamente por su perfecta imperfección.
Gunnar Björnstrand
La luz no tiene lengua.
John Donne
¿Cuántos ángeles brillantes bailan sobre un alfiler? ¿Cuántos anhelos se ahogan por el hecho de beber? ¿Has pensado alguna vez que el vaso era un gatillo y que un día te dirás: Dios mío, cómo he podido?
John Verdon
A la melancolía le falta la "u" de la muerte para ser perfecta.
José Carlos Cataño
Hay gente que adora la plata, se mete en la política, si adora tanto la plata que se meta en el comercio, en la industria, qué haga lo que quiera, no es pecado, pero la política es para servirle a la gente.
José Mujica
Siempre he sido famosa, sólo que nadie lo sabía aún.
Lady Gaga
Cuando tú has visto que existen otros estados de percepción diferentes del que te produce el consumo de la tortilla de patatas entonces entiendes mejor lo que hay después de la vida.
Luis Racionero
Con una chica en mi cama y una bolsa de rama pienso, Dios me ama.
Mucho Muchacho
Es imposible caer desde abajo.
Lo que la gente de la calle suele llamar "grandes genios", yo no creo en eso de los grandes genios, pienso en gente que trabaja y ha trabajado mucho y que tiene talento pero el trabajo creo que es fundamental en eso, y algo común en toda esa gente es la sensación de que no saben nada.
Paco de Lucía
Me hace muy feliz el afecto de mi gente, adoro alegrar con un poco de música a tantos corazones con buena onda.
Rodrigo Bueno
Una sociedad en la que el cuerpo de la mujer se exhibe como una vulgar mercancía.
Ségolène Royal
La utopía del conocimiento es atravesar con conceptos lo que no es conceptual, sin por ello acomodar esto a aquellos. Dialéctica Negativa.
Theodor Adorno
No hay hoja que se mueva. Temor reverencial, en la arboleda de verano.
Yosa Buson