Preferiría comprender una sola causa que ser Rey de Persia.
Demócrito
Yo nunca me he acostado con un señor. Nunca. Fíjate qué pureza, yo no tengo de qué avergonzarme... Mis dioses me hicieron así.
Chavela Vargas
El primer paso a dar es tomar conciencia de que el amor es un arte, tal como es un arte el vivir. Si deseamos aprender a amar debemos proceder en la misma forma en que lo haríamos si quisiéramos aprender cualquier otro arte, música, pintura, carpintería o el arte de la medicina o la ingeniería.
Erich Fromm
Una sola piedra puede desmoronar un edificio.
Francisco de Quevedo
Una aventura es siempre algo extraordinario para el que tiene el alma aventurera.
Goethe
Tuve el valor de mirar hacia atrás. Los cadáveres de mis días marcan mi camino y les voy llorando.
Guillaume Apollinaire
Había en nuestros sueños delirios de distancia, sabíamos que el agua corría rumbo al mar, y hacíamos barquitos con hojas de esperanza y vos eras la reina y yo era el capitán...
Homero Expósito
No sabemos tocar, pero si esperas hasta que aprendas, serás demasiado viejo.
Johnny Ramone
En vez de limpiar su propio corazón, el fanático trata de limpiar el mundo.
Joseph Campbell
Si yo fuera tú y ese tipo me atrajera tanto, le demostraría que con mi talla 44 puedo ser mucho más sexy, interesante y explosiva que otras con diez tallas menos.
Megan Maxwell
Recuerda, recuerda, el cinco de noviembre, la traición de la pólvora y el complot. No hay por qué tal traición, jamás se ha de olvidar.
Natalie Portman
Cuando llegamos a la meta, creemos que el camino ha sido el bueno.
Paul Valéry
Siglos de desprecio, humillación y sufrimiento han creado en ellos un complejo de inferioridad y un sentimiento de dañomoral jamás reparado que anida en lo profundo de sus corazones.
Ryszard Kapuściński
Es mejor exponerse a absolver a un hombre culpable que condenar a un inocente.
Voltaire
La autoridad tiene ladrones peligrosos, cuando los jueces roban entre ellos.
William Shakespeare
¡Ven y deleitémonos con los amores, con néctar del paladar, pues mejores son tus caricias que el vino!
Yehuda Haleví