El hombre que se rinde está siempre despierto, siempre alerta. Buscamos el desapego no para que nada nos afecte, sino porque de ese modo tenemos espacio suficiente para descubrir lo que es real.
Deepak Chopra
El amor es: el dolor de vivir lejos del ser amado.
Anónimo
Te amo y te odio. Dirás cómo es posible. No sé. Yo te amo y te odio.
Armando Uribe Arce
La vida suele conseguir lo que se propone cuando de verdad sabe lo que quiere.
Cecilia Ahern
Yo no hablé si no hasta los 3 años. Mi madre me llevó al psicólogo y él le dijo: Usted no se preocupe que su hija está recopilando información. Un día va a hablar y ya no va a parar.
Chenoa
Lo que sufrí la temporada pasada fue muy duro. Con el Madrid frente al Bayern primero, y después con Portugal.
Cristiano Ronaldo
La impasibilidad, en suma, constituye un intento de negación optimista, una especie de disociación.
Daniel Goleman
Fuera de ti ha de sobrarme el mundo como le sobra al río el aire, al mar la tierra, a la espada la mesa del convite.
Dulce María Loynaz
Las mejores cosas pasan por azar, porque así es la vida.
Ellen Lee DeGeneres
Las condiciones subjetivas de cada país -es decir, el factor conciencia, organización, dirección- pueden acelerar o retrasar la revolución, según su mayor o menor grado de desarrollo; pero tarde o temprano, en cada época histórica, cuando las condiciones objetivas maduran, la conciencia se adquiere, la organización se logra, la dirección surge, y la revolución se produce.
Fidel Castro
El poeta no es la poesía, como el grano no es la flor.
Honoré de Balzac
Cada cual es su propia Parca y se teje su destino.
Joseph Joubert
Si el M-19 hizo la guerra en serio, también puede hacer la paz en serio.
Julio César Turbay
Las soluciones formales en cada caso no son sino la respuesta que él fue dando como las más apropiadas, correspondientes a su necesidad interna.
Mathias Goeritz
El pensamiento no va a superar el miedo, sino la voluntad de acción.
William Clement Stone
En el campo de las creencias religiosas la Reforma introdujo cambios profundos. La Biblia adquirió entonces una autoridad nueva y de mayor alcance. La generación anterior consideraba que las Sagradas Escrituras eran peligrosas en manos de personas iletradas y debieran ser leídas sólo por sacerdotes.
Winston Churchill