Quiero tranquilizaros: he pasado el índice de masa corporal. Por lo tanto, puedo actuar esta noche tranquilo, y después cenar incluso.
David Trueba
No estoy aceptando las cosas que no puedo cambiar, estoy cambiando las cosas que no puedo aceptar.
Angela Davis
¡Hay un Dios verdadero, y este Dios es muy bueno! Esta es la alegría que anuncia el cristianismo.
Francisco Fernández-Carvajal
La mentira más habitual es aquella por la que uno se miente a sí mismo.
Friedrich Nietzsche
La suerte de tener talento no es suficiente; uno debe también tener un talento para la suerte.
Hector Berlioz
En el rodillo del cardador, recorrido recto y torcido unos son y el mismo.
Heráclito
Al ver al hombre el tigre lanzó un rugido espantoso y se lanzó de un salto sobre él. Pero el cazador que tenía una gran puntería le apuntó entre los dos ojos, y le rompió la cabeza.
Horacio Quiroga
Nos lo hemos merecido de principio a fin, es un momento sensacional e inolvidable para nosotros y para el fútbol español. Luego de España ganar la Copa del Mundo Sudáfrica 2010
Iker Casillas
El genio sólo puede respirar libremente en una atmósfera de libertad.
John Stuart Mill
El consumo no debe estar sometido a la producción; es decir, que subordine el capital y sus conveniencias al consumo y a las necesidades. Esta es la teoría justicialista.
Juan Domingo Perón
¿Cómo muere un hombre cuando se le priva del consuelo de la literatura? De uno de estos modos -dijo-: de petrificación del corazón o de atrofia del sistema nervioso.
Kurt Vonnegut
La máquina ha venido a calentar el estómago del hombre pero ha enfriado su corazón.
Miguel Delibes
Al igual que lo que experimento en un sueño, todo aquello de lo que disfruto ahora se convertirá en un vago recuerdo, puesto que lo que ya ha sucedido nunca volverá.
Shantideva
Obtener lo bello es siempre difícil; es fácil alcanzar lo interesante. Pero siempre es bueno aproximarnos a las dos cosas cuanto nos sea posible.
Søren Kierkegaard
Cuando no se puede lograr lo que se quiere, mejor cambiar de actitud.
Terencio
Con un olor de olvido en los cabellos, con un sonar de venas misteriosas.
Vicente Huidobro