¿Cuál es entonces la función de este Yo Superior? La de "coordinación"; y "supervisión";, en todos los sentidos, pero sin ninguna intromisión en el libre albedrio de lo que podríamos llamar "su parte encarnada";, es decir, nosotros, el alma.
David Topí
Tenemos que congratularnos de que en España haya triunfado la democracia.
Alexander Haig
Quiero ser como un vagabundo, pero con más medios: no haré nada, solo vivir y observar. No echaré de menos la interpretación.
Alfredo Landa
No hay en el mundo un mentiroso tan perfecto que pueda decir una mentira perfecta.
Arturo Graf
Mi pan lo comí entre batalla y batalla. Entre los asesinos dormí. Hice el amor sin prestarle atención y contemplé la naturaleza con impaciencia. Así pasé el tiempo que me fue concedido en la tierra.
Bertolt Brecht
El honor para los italianos no es cualquier cosa, es tan importante como los funerales.
Blanca Miosi
Lo que hagáis, a vosotros os pertenece; yo sólo debo responder de mis propios actos.
Confucio
El fundamento de cada estado es la educación de sus jóvenes.
Diógenes
Soy tuyo, madre tierra: me invade el parentesco inevitable y hondo de tu ritmo en mi sangre, porque pese a mi miedo, a mi apego a la vida, hay algo en mis adentros que espera y desespera por regresar a ti...
Elías Nandino
En el Puente de Carlos aprendí, a rimar cicatriz con epidemia.
Joaquín Sabina
La demencia es como ese momento de duda en que no sabría si debo confiar en los ojos o en la memoria porque ambas cosas parecen capaces de cometer los mismos errorres insidiosos.
John Katzenbach
La práctica debe siempre ser edificada sobre la buena teoría.
Leonardo da Vinci
Ah, el amor de las mujeres: ya sabemos que es algo encantador y temible.
Lord Byron
Tom se ha comprometido. - ¡Cuánto me alegro, Tom! ¿Y quién es la víctima?
Louisa May Alcott
Todas las ideas tienen alguna realidad mientras estoy pensando en ellas. Ellas iluminan el espíritu, o se le dan a conocer; algunas incluso lo asombran, o hacen que él las sienta, y todo ello de mil maneras distintas.
Nicolas Malebranche
Ahora es la hora de mi turno el turno del ofendido por años silencioso a pesar de los gritos.
Roque Dalton