El trabajo y la pobreza, tan aborrecidos por todo el mundo, son el destino seguro de la gran mayoría.
David Hume
Los dioses ayudan a los que se ayudan a sí mismos.
Esopo
Mi sangre es un milagro que, desde mis venas cruza el aire de mi corazón al tuyo.
Frida Kahlo
Allí donde está el dolor, está también lo que lo salva.
Friedrich Hölderlin
Cuando un rival te da un gancho y te abre el ojo y no le puedes ni ver, piensas: esta es la última vez. Pero después ganas, gozas de la victoria y es cuando te dices: una vez más.
George Foreman
Tiempo y la libertad son lo más importante que el dinero puede comprar para el ser humano.
Haruki Murakami
La gente se muere, pero la vida tiene un modo de continuar como si nada. No hay que ver la muerte como una detención, sino como un relevo, según la imagen del corredor griego que entregaba la antorcha del fuego olímpico antes de caer agotado. Nuestra vida es breve, pero nuestra especie es de larga duración. Tenemos la responsabilidad de los eslabones de una cadena.
Hubert Reeves
Los vampiros no podemos procrear pero nos encanta intentarlo.
Ian Somerhalder
La virtud, no por estar de moda, deja de ser virtud.
Jean de la Bruyere
La razón de lo malo es para que exista tal cosa como lo bueno.
John Frusciante
No pago para que me peguen.
José López Portillo
Eres un cerdo. Crees que el amor es sencillo, crees que el corazón es como un diagrama.
Jude Law
Los colores en la pintura están para persuadir a los ojos.
Nicolas Poussin
¡Ah, si nos fuera dado el poder de vernos como nos ven los demás! De cuantos disparates y necedades nos veríamos libres.
Robert Burns
Puede usted cortocircuitar las dos o tres neuronas que usa la gente a modo de sentido común, apelando a su avaricia. Nada define mejor al ser humano que su voluntad para hacer cosas irracionales en la persecución de recompensas fenomenalmente improbables. Es el principio en el que se basan las loterías, las citas a ciegas y la religión.
Scott Adams
No almacenes en tu mente información inútil. Olvida cuanto no te sea de utilidad. Solamente así podrás llenarla de pensamientos divinos, renovando tu fortaleza mental, puesto que los rayos disipados de la mente estarán, de este modo, concentrados.
Swami Sivananda