Debo reconocer que un hombre que concluye que un argumento no tiene realidad, porque se le ha escapado a su investigación, es culpable de imperdonable arrogancia.
David Hume
Triste es llegar a una edad en que todas las mujeres agradan y no es posible agradar a ninguna.
Armando Palacio Valdés
Los hombres no saben tratar a las mujeres. Son egoístas; cuando saben que son amados, nos olvidan; no se dan cuenta de que la mujer necesita más caricias del alma que del cuerpo.
Carmen Karr
No estoy en competición con nadie más excepto conmigo misma. Mi siguiente meta es superar mi última actuación.
Céline Dion
El viejo George Orwell lo entendió todo al revés.
Chuck Palahniuk
La naturaleza misma ha impreso en la mente de todos la idea de un Dios.
Cicerón
Frufrúes, tin tines, sedas, cascabeles, collares de risas, chillidos alegres. ¿Quién es? ¡Adelante! Soy yo... ¡Carnaval!
Delmira Agustini
... los oradores, cuando no bastan a defender la causa por justicia, se acogen a las voces, como el cojo al caballo.
Erasmo de Róterdam
Oh mariposa, ¿Qué sueñas cuando agitas tus alas?
Kaga no Chiyo
No es bueno perseguir lo que ya pasó
Milán Füst
El hábito constituye una aproximación del sistema animal al orgánico y atestigua una falta en la más alta función del ser, que lleva consigo siempre una continua autodeterminación en medio de todas las circunstancias existentes.
Oliver Wendell Holmes
No vivo yo, sino que es Cristo quien vive en mí
Pablo de Tarso
La bondad es lo único importante, ya que es el bálsamo que pone un poco de suavidad en cualquier herida amarga.
Pío X
La aceptación de la opresión por parte del oprimido acaba por ser complicidad; la cobardía es un consentimiento; existe solidaridad y participación vergonzosa entre el gobierno que hace el mal y el pueblo que lo deja hacer.
Victor Hugo
Amor no sigue la fugaz corriente de la edad, que deshace los colores de los floridos labios y mejillas.
William Shakespeare
El Erica Reed llegó sin accidente ¡Gracias a Dios! Dos barcos insurgentes lo pudieron haber hundido y no lo hicieron, ¡Gracias a Dios! Gracias a Dios porque llegó el alimento y gracias a Dios porque parece que un sentimiento de piedad, además del temor de enfurecer a la opinión pública americana tuvieron algo que ver con que escapara.
Zenobia Camprubí Aymar