Una equivocación es necesariamente progenitora de otra.
David Hume
Hay días que toda la noche la paso llorando por ti.
Amaia Montero
La mayoría de las personas son esclavizadas por las mismas cosas que quieren adquirir.
Anwar Sadat
La gente te ve como te ves a ti mismo.
Ben Jonson
Creyó que aquellas voces y aquel nombre habíanlos pronunciado todos los demonios del infierno, difundidos invisibles por los aires, y volvió a donde estaba, y oyó nueva algazara de mujeres chillonas... Y, mirando para arriba, vio un bulto, una mujer con la cara tapada... Dudoso estuvo entre huir campos afuera o quedarse para ver la hembra descolgada, a quien el pueblo, bullicioso, nombraba y denostaba al propio tiempo, juntando el nombre y los insultos.
Benito Pérez Galdós
Las niñas tienen que ser educadas tanto como los varones.
Cleóbulo de Lindos
Las leyes son inútiles, porque los buenos no las necesitan, y los malos no se hacen mejores con ellas.
Demonax
Se habla sin cesar contra las pasiones. Se las considera la fuente de todo mal humano, pero se olvida que también lo son de todo placer.
Denis Diderot
El aire está tan cargado de humedad, que basta cerrar los ojos para hacerse la ilusión de que se está a la orilla de un arroyo, cuyas tranquilas aguas corren silenciosas.
Élisée Reclus
Nadie puede librar a nadie de su sufrimiento.
Gao Xingjian
Cuanto mayor la riqueza, más espesa la suciedad.
John Kenneth Galbraith
Yo quería hacer de mi mujer la esposa ideal. Mi ambición era hacerla vivir una vida de pureza total, que aprendiera lo que yo aprendiera y que identificara su vida con la mía. Ignoro si Kasturbai tenía las mismas ambiciones.
Mahatma Gandhi
El amor, ya brote por vez primera, o surja de cenizas casi apagadas, siempre tiene que crear un rayo de sol que llena el corazón de esplendores tales, que se esparcen en todo el mundo interior.
Nathaniel Hawthorne
Los hombres fácilmente se persuaden de que es falso, o al menos dudoso, aquello que no desearían que fuese verdadero.
Pío XII
Nunca es tarde si la dicha es buena.
Proverbio
El que airado procura hacer daño, no se guarda del que le puede suceder.
Séneca