El mayor obstáculo de nuestro progreso en ciencias morales o metafísicas es la oscuridad de las ideas y la ambigüedad de los términos.
David Hume
Adoro España, es un país salvaje y genuino, y sus colores son estupendos y se adaptan muy bien a mi temperamento, un poco dramático y sanguíneo.
Ava Gardner
Se lo que estás pensando, cerdo. Si disparé seis balas o solo cinco. Te aseguro que yo también he perdido la cuenta, pero siendo este un Magnun 44, el mejor revolver del mundo capaz de volarte los sesos, ¿no crees que debieras pensar que eres afortunado? Contesta hijo de perra.
Clint Eastwood
El amor no hace girar el mundo. El amor es lo que hace que el viaje valga la pena.
Franklin P. Jones
¡Ah, construir, construir! Ésta es la más noble de todas las artes.
Henry Wadsworth Longfellow
Nada más peligroso que un ignorante amigo; mejor sería un sabio enemigo.
Jean de La Fontaine
La más señora de todas las putas, la más puta de todas las señoras.
Joaquín Sabina
Considero a la muerte como un cuchillo en mi corazón.
John Frusciante
Mi trabajo es cantar todo lo bello, encender el entusiasmo por todo lo noble, admirar y hacer admirar todo lo grande.
José Martí
Lamento hacerte tan desdichado. - No lo sientas. Lamenta más bien haberme hecho feliz. Eso es lo que duele, que me hicieras tan feliz.
Ken Follett
Debe valorarse la opinión de los estúpidos: están en mayoría.
León Tolstói
A veces cuando uno sacrifica algo precioso, en realidad no lo está perdiendo. Simplemente se lo está dando a otro.
Mitch Albom
Pero se trabaja exactamente con barro y con sueño...
Pablo de Rokha
Más vale el desastre causado por la fidelidad al Acontecimiento que el no ser de la indiferencia ante el Acontecimiento.
Slavoj Zizek
Ahora está bastante claro para mí que no hay esferas sólidas en los cielos, y las que han sido ideadas por los autores para salvar las apariencias, sólo existen en su imaginación, con el fin de permitir que la mente pueda concebir el movimiento que siguen los cuerpos celestes.
Tycho Brahe
Para conseguir una llama grande hemos de comenzar con prenderla con pequeñas pajitas.
William Shakespeare