Los sabios prestan una fe muy académica a todo informe que favorece la pasión del narrador, bien que ensalce su país o su familia, o a sí mismo, o que, de de cualquier otro modo, coincida con sus inclinaciones y propensiones naturales.
Al entregarse la mujer cree haber entregado un mundo; el hombre cree haber recibido sólo un juguete.