La naturaleza es siempre demasiado fuerte para la teoría.
David Hume
Recuerden las mujeres que dispersas las fuerzas se debilitan y que para conseguir el bien común necesario es sacudir la apatía y elevarse por encima del bienestar del momento presente.
Alicia Moreau de Justo
La justicia es la sanción de las injusticias establecidas.
Anatole France
Tenemos libertad de hacer el bien.
Conde de Lautréamont
Más que los resultados que hemos logrado, lo que más me impresionó es el espíritu y la determinación de los músicos han demostrado. Estoy muy orgullosa de ellos y de lo que han logrado hasta ahora.
Fergie
Los que tienen algo quieren pensar que lo más importante en el mundo es el amor. Los pobres saben que es el dinero.
Gerald Brenan
Muchas veces tengo una erección cuando estoy trabajando en algo, cuando escribo o toco la guitarra y me masturbo o a veces trato de abstenerme porque veo al orgasmo como algo dañino para mi fuerza creativamente, así que a veces veo esa erección como mi enemigo.
John Frusciante
Durante las manifestaciones del primer gobierno de la Monarquía.
Manuel Fraga Iribarne
La historia no se repite, pero rima.
Mark Twain
El amor está en la mente del que ama, en su cuerpo, en sus sensaciones, y en ningún otro lado. No esperes nada real de tu amor imaginario.
Miguel Campion
Sé consciente de la diferencia entre análisis amigable y crítica destructiva. Observa si el propósito de tus palabras es ayudar, desahogarte o hacer daño.
Napoleon Hill
La dedicación perpetua que un hombre le da a su negocio, debe ser sostenida con una negligencia perpetua hacia muchas otras cosas.
Robert Louis Stevenson
Al que una vez perdió el crédito, nada le queda que perder.
Séneca
Cuando era un bebé, escribía un diario, Hace poco estuve releyéndolo. Decía: día uno: aún estoy cansado por el traslado; día dos: todo el mundo me habla como a un idiota.
Steven Wright
Un libro no es inofensivo simplemente porque nadie se sienta ofendido por él.
T. S. Eliot
Cuando entra en juego la posesión de los bienes terrenales es difícil que los hombres razonen con justicia.
Umberto Eco