En las trincheras del día a día de la vida adulta, el ateísmo no existe.
David Foster Wallace
Una idea desesperada en una situación desesperada.
Alexander Alekhine
Resulta verdaderamente asombrosa la prontitud con que un chisme basta para distraer la atención de una conversación intelectual.
Anónimo
Ella, cuando me vió, no se extrañó lo más mínimo. Yo venía del pasado, que era donde ella vivía, y me recibió como si acabara de salir por la puerta. La tragedia le hizo perder la poquita razón que tenía.
Carmen Maura
Nada corre tanto como la calumnia, nada se lanza con más facilidad, se acoge con más presteza y se difunde tan ampliamente.
Cicerón
La inspiración no llega a los perezosos.
David Hockney
La paz no es la virtud de los idiotas.
Emmanuel Mounier
Sabes demasiado, viejo pirata. Un contrabandista tenía que conocer a los hombres tan bien como las mareas o no duraba mucho tiempo en el negocio.
George R. R. Martin
Es el resultado el que decide de qué lado está el derecho.
Immanuel Kant
Y tú quieres oír, tú quieres entender. Y yo te digo: olvida lo que oyes, lees o escribes. Lo que escribo no es para ti, ni para mí, ni para los iniciados. Es para la niña que nadie saca a bailar, es para los hermanos que afrontan la borrachera y a quienes desdeñan los que se creen santos, profetas o poderosos.
Jorge Teillier
¿De cuál democracia? Si se trata de la democracia para el pueblo trabajador, si se trata de liquidar los privilegios y las desigualdades sociales, nadie más democrático que nosotros.
José Díaz Ramos
Enseñando que el trabajo honrado es la fuente principal de toda mejora y bienestar.
José Hernández
La felicidad también deja marcas. Pero pocas veces son indelebles.
José Narosky
El matrimonio es una cena que comienza con el postre.
Jules Sandeau
La estética comprende todo cuanto es bueno para el hombre, cuando menos en este planeta, y constituye el mejor medio para prepararle luego para una esfera más alta.
Lewis Morris
Un hombre que durante toda una semana no hizo más que golpearse la cabeza, tiene pocos motivos para estar orgulloso.
Stanisław Lem