Los jóvenes de hoy en día son más listos de lo que fuimos nosotros: nacen con la lección aprendida. Saben que la respuesta no está en la completa anarquía o en el nihilismo absoluto. No se han propuesto cambiar el mundo radicalmente, de un día para otro. Se conforman con hacerlo poco a poco, con pequeños grandes cambios en su entorno que acabarán fraguando en algo muy importante de aquí a unos años, de eso estoy seguro.