Una cosa segura: ya no podremos volver allí. Lo pasado está aún demasiado reciente. Todo lo que hemos procurado olvidar se removería de nuevo, y aquella sensación de miedo, de inquietud furtiva, que había llegado a convertirse en pánico ciego e insensato -a Dios gracias ya acabado-, podría, por cualquier circunstancia ignorada, volver a la vida para perseguirnos como antes.