La prensa sólo se acuerda de los mercados cuando las cosas van mal. ¿Por qué? Porque estamos en una economía donde se desprecia el comercio financiero por ideología.
Daniel Lacalle Fernandez
Quiero saber a Dios y al alma, ¿nada más? Nada más.
Agustín de Hipona
La palabra perro no muerde.
Alfred Korzybski
Si hay un intento, no hay un fracaso.
Chenoa
Todo lo que es difícil de alcanzar es atacado fácilmente por la generalidad de los hombres.
Claudio Ptolomeo
Esperar lo inesperado. Aceptar lo inaceptable.
Confucio
El uso directo de la fuerza física es una solución tan pobre al problema de los recursos limitados que normalmente sólo es empleado por niños pequeños y por las grandes naciones.
David Friedman
Toda obra de ficción es catártica.
Ernesto Sabato
Si en estos últimos siglos de historia hemos perdido una oportunidad, ha sido la de construir una historia en la que el hombre fuera protagonista, en lugar de ser un nuevo condenado.
El mundo está lleno de supuestos rebeldes que lo único que desean en el fondo es que les castiguen por ser libres, que algún poder superior de este mundo o de otro les impida quedarse a solas con sus tentaciones.
Fernando Savater
Ninguna casa debería estar nunca sobre una colina ni sobre nada. Debería ser de la colina. Perteneciente a ella. Colina y casa deberían vivir juntas, cada una feliz de la otra.
Frank Lloyd Wright
La verdadera felicidad, decía, radica en trabajar duro y vivir frugalmente.
George Orwell
Fijaron para sí cuotas a individuos y comunidades e hicieron que la gente creyera, en absoluta insensatez, que era obligatorio y apropiado ayudar a los sabios y eruditos y a quienes estudiaban la Torá, de modo que la Torá es su negocio. Todo esto está mal. No hay ni una sola palabra, ya sea en la Torá o en los dichos de los sabios, que apoye esta creencia.
Maimónides
El fútbol es un milagro que le permitió a Europa odiarse sin destruirse.
Paul Auster
No lo leas a secas. ¡Lucha! Hazte tus propias preguntas, busca tus propios ejemplos, descubre tus propias pruebas.
Paul Halmos
Dios nos envía los alimentos y el demonio los cocineros.
Thomas Deloney