La práctica consiste en abandonar nuestros pensamientos sobre una cosa y, sin perdernos en ningún aspecto concreto de esa corriente de pensamientos, abrir nuestra mente a todo lo que aparezca en el flujo de nuestra conciencia.
Daniel Goleman
La satisfacción de una necesidad crea otra.
Abraham Maslow
Nadie tiene que hacer una ecuación para escuchar a Los Tres. Ahora, que la letra no le entre a la primera ya es otro tema, eso ya es culpa de Ricky Martin.
Álvaro Henríquez
Él no me conviene y yo no le convengo a él. ¿Cómo vamos a conseguir que esto funcione? La idea de no volver a verlo casi me ahoga... mi cincuenta sombras.
Erika Leonard
Cien profundas soledades forman juntas la ciudad de Venecia -ésa es su magia. Una imagen para los hombres del futuro.
Friedrich Nietzsche
Creo que la OTAN es en sí misma un criminal de guerra.
Harold Pinter
Antes de que el hombre nos hiciese ciudadanos, la gran naturaleza nos hizo hombres.
James Russell Lowell
Siempre me gustó decidir sobre mi propia vida y siempre odié a la gente que me dice qué hacer.
Johnny Ramone
Lo que observas es lo mismo que está observando.
Jon Kabat-Zinn
Cada vida ha de tener sus espacios huecos que el ideal ha de rellenar.
Julia Ward Howe
Cuando regreses no hallarás siquiera vestigios del pasado. En el parque los cisnes se murieron y en mi boca tus besos se borraron.
Laura Victoria
Sólo una cosa es más dolorosa que aprender de la experiencia, y es, no aprender de la experiencia.
Laurence J. Peter
Del más hermoso clavel, pompa de un jardín ameno, el áspid saca veneno, la oficiosa abeja miel.
Pedro Calderón de la Barca
Es una sensación que dura apenas un minuto, minuto y veinte segundos quizás, pero es lo que da sentido a mi profesión.
Pep Guardiola
¿No llegará la noche, o quizá algo más hondo, a formarle otro cuerpo, otra privada selva de minúsculos signos, donde pueda, sin tiempo, su alucinante pérdida ser un sitio ya inmóvil entre manos amantes?
Roberto Juarroz
Wagner veía en el arte un arcano sagrado, una panacea para los males de la sociedad, mientras que Tolstói, hacia el final de su vida, lo rechazaba como un lujo frívolo.
Thomas Mann