La ensoñación cotidiana incuba el descubrimientocreativo.
Daniel Goleman
Para un escritor, no hay universidad ni escuela que enseñe lo que enseña la vida.
Ana María Matute
Cuando los nazis sacaron a el judaísmo de la cultura lo que les quedaba era un esqueleto raquítico infame que no representaba era nada.
Diana Uribe
No es la pobreza la que aflige, sino la avaricia; así como no son las riquezas las que preservan de todo temor, sino la razón.
Epicteto
Las pirámides son el mejor ejemplo de que, en cualquier tiempo y lugar, los obreros tienden a trabajar menos.
Georges Duhamel
Podremos saber que nada vale más que la brizna roída por un conejo o la ortiga creciendo entre las grietas de los muros. Pero nunca dejaremos de correr para acompañar a los niños a saludar el paso de los trenes.
Jorge Teillier
Todo acaba bien para todo el que sabe esperar.
León Tolstói
La verdad siempre sale a flote como la gota de aceite en el vaso de agua.
Lola Flores
En mis jardines, en mis casas, siempre he procurado que prive el plácido murmullo del silencio, y que en mis fuentes cante el silencio.
Luis Barragán
Hay mujeres que no saben cocinar, sin embargo, tienen fritos a sus maridos.
Marco Aurelio Almazán
No puedo no marcharme pero tampoco puedo no regresar: así es como un hijo le habla a su madre y un ruso le habla a Rusia.
Marina Tsvetáyeva
¿En qué consiste una hermosa mentira? Simplemente en que aquélla se sostiene por sí sola. Si un hombre carece de imaginación hasta el extremo de tener que presentar pruebas en apoyo de una mentira, más vale que diga la verdad sin tardanza.
Oscar Wilde
Un jugador tiene pocos amigos, porque en fútbol no existe la amistad verdadera.
Romário
Vivir la vida de tal suerte que viva quede en la muerte.
Teresa de Jesús
Maravilla es el deseo del conocimiento.
Tomás de Aquino
La alternativa que se ofrecía a la población era adoptar la nueva fe con entusiasmo o someterse a ella por miedo al sufrimiento. La presión era tal que nadie podía superarla. Pero las reacciones fueron distintas: unos se negaron (y aceptaron morir), mientras que otros se sometieron (y aceptaron matar).
Tzvetan Todorov