Hubo un tiempo en que sólo los libros sabios eran leídos y nos ayudaban a soportar nuestro dolor y sufrimiento.
Czeslaw Milosz
Cuando los demás dormían se escapaba a la cantina, y llorando le contaba a una mujer que si el honor y la victoria valen más que las personas es que no hemos aprendido nada.
Amaia Montero
He tratado de buscar el sentido de estas dos palabras, comunicación y compromiso, porque lo creo fundamental para el esclarecimiento de la situación.
Carlos Sahagún
Y amo y todo se parece a lo que amé una vez, triste, más triste que antes porque algo se fuga en la misma fuga de siempre.
Carmen Naranjo
Pensadlo: ser poeta no es decirse a sí mismo. Es asumir la pena de todo lo existente, es hablar por los otros...
Gabriel Celaya
Pinta tu propio cuadro. No te dejes llevar por otras personas. En especial por los hombres.
Helena Bonham Carter
No hay peor olor que el que despide la bondad corrompida.
Henry David Thoreau
La humildad y la sumisión sólo conducirán al fortalecimiento y la preservación de cautiverio.
Józef Pilsudski
Abriéndose paso entre la multitud, una amapola en su mano.
Kobayashi Issa
Nada es tan permanente como un programa temporal del gobierno.
Milton Friedman
Un sólo deseo me embarga: el de descubrir lo que se oculta tras lo visible, de horadar el misterio que me da la vida y me la quita, y de saber si una presencia invisible e inmutable se oculta más allá del flujo incesante del mundo.
Nikos Kazantzakis
Si una mujer se vuelve a casar al quedarse viuda, odiaba a su primer marido; si un hombre se casa por segunda vez, adoraba a su primera esposa.
Oscar Wilde
El que se apoya en los demás ve cómo vacila el mundo; el que se apoya en sí mismo se mantiene seguro.
Paul Heyse
El peor mal del hombre es la irreflexión.
Sófocles
En un rincón una pareja se entretenía en las preliminares de un juego sexual. Shevek miró para otro lado, con repugnancia. ¿Hasta en el sexo eran egoístas? Acariciarse y copular en presencia de gente sin pareja era tan grosero como comer en presencia de un hambriento.
Ursula K. Le Guin
Cuando se aproximan dos bocas consagradas por el amor, es imposible que por encima de este beso inefable, no se produzca un estremecimiento en el inmenso misterio de las estrellas.
Victor Hugo