Claro está que está doliente el que enamorado está; pero mientras bien se va, con el favor, no lo siente.
Cristóbal de Castillejo
Todas las personas exigen respeto, pero casi nadie exige que el sistema respete el derecho que tenemos de vivir una vida digna, en paz, sin hambrientos, sin guerras, sin analfabetos, sin mentiras, sin modelo neoliberal y sin esclavos.
Alex Pimentel
Dios os libre de la tentación, que no parece tentación sino razón.
Alonso RodrÃguez
La frase cristiana No sólo de pan vive el hombre significa la necesidad de atender a lo material pero sin ser materialista.
Anónimo
Si el escritor no se siente capaz de dejarse morir de hambre, debe cambiar de oficio. La verdad del escritor no coincide con la verdad de quienes reparten el oro.
Camilo José Cela
No me salves, no quiero que me salves, ¿no te das cuenta de que quiero morir?
Carmen Andújar Zorrilla
El viento hincha las vejigas; las falsas opiniones a los hombres estúpidos.
Demófilo
Perseverar en el cumplimiento de su deber y guardar silencio es la mejor respuesta a la calumnia.
George Washington
La brevedad de la vida nos prohÃbe concebir largas esperanzas.
Horacio
¿Soy un loco o un genio? No creo ser las dos cosas juntas.
John Lennon
Apoyaré la reforma del estatuto de Cataluña que apruebe el Parlamento de Cataluña.
José Luis RodrÃguez Zapatero
El culto hispánico religioso ha cedido paso a una nueva fe, en la que los sacerdotes emergen desde una cavidad subterránea y ofician con el pie.
José Luis Sampedro
No recordamos ya cómo éramos al principio porque con cada dÃa parte un cadáver nuestro a pudrirse en el tiempo.
Mario Payeras
En ocasiones sueño que vuelvo a ser un niño, y un helado escalofrÃo me recorre la espalda, se me acelera el corazón, grito en medio del sueño, me despierto bañado por un sudor angustioso.
Sándor Márai
La vida no es ni un bien ni un mal; no es más que un lugar para lo bueno o para lo malo.
Séneca
El vacÃo existencial no es una neurosis; o, de serlo, es una neurosis sociogénica o aun una yatrogénica, es decir, una neurosis ocasionada por el médico en su pretensión de curar.
Viktor Frankl