Frase de Cristina Fernández De Kirchner

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Estoy honrada de pertenecer a una generación que fue la víctima propicia del terrorismo de Estado.... - Cristina Fernández De Kirchner

Estoy honrada de pertenecer a una generación que fue la víctima propicia del terrorismo de Estado.

Cristina Fernández De Kirchner

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Explorar Frases

Me parece maravilloso que una película sea una españolada.

Alfredo Landa

¿Acaso no acabo de decir que no me quiero precipitar? Perdóname, no por nada tengo fama de ser un manojo de contradicciones...

Ana Frank

Sabio es aquel que constantemente se maravilla de nuevo.

André Gide

Tienes que amar la lectura para poder ser un buen escritor, porque escribir no empieza contigo.

Carlos Fuentes

Ninguno debe obedecer a los que no tienen derecho a mandar.

Cicerón

Si dejaras de buscar problemas dejarías de producir neuronas y te extinguirías. Y tú... ¿buscas problemas?

Eduardo Punset

No llores porque ya se terminó, sonríe porque sucedió

Gabriel García Márquez

Los barcos están a salvo en el puerto, pero no se hicieron para eso.

John Sedd

Yo no tengo un restaurante con nadie. Pero tal vez Pep Guardiola tiene un restaurante en Oslo.

José Mourinho

La reconstrucción de la historia argentina es, por eso, urgencia ineludible e impostergable. Esta nueva historia nos mostrará que los llamados capitales invertidos no son más que el producto de la riqueza y del trabajo argentinos contabilizados a favor de Gran Bretaña.

Raúl Scalabrini Ortiz

Pues si te empeñas en soñar te empeñas en aventar la llama de tu vida.

Rubén Darío

Casi siempre, cuando alguien se da cuenta de que le han escuchado de verdad, se le humedecen los ojos. Creo que, en cierto modo, llora de alegría. Es como si dijera: Gracias a Dios que alguien me ha escuchado. Hay alguien que sabe qué es ser yo.

Stephen Covey

El trabajador mientras trabaja, no está obligado a levantarse ni al entrar el doctor más grande.

Talmud

Los libros no están hechos para pensar, sino para ser sometidos a investigación.

Umberto Eco

Fue, como si la ciudad, en su convulsión y su desgracia, hubiera generado espontánea y necesariamente ese minúsculo universo del alma, unas pocas ventanas intactas cegadas con pintura negra. Nadie quería ver la ciudad destrozada.

William Gibson