En todos los ritos, la sencillez es mejor que la extravagancia.
Confucio
La costumbre es esa tiranía a la que nos sometemos por comodidad.
Anónimo
Un alma santa no nace de un paraíso; nace de un infierno.
Antonio Porchia
Vale bien poco la impresión que causa una mujer cuando se basa únicamente en el atractivo físico, si bien es cierto que encanta a los hombres en general; en mí produce un efecto secundario. Las mujeres más hermosas son las que tienen menos talento y menos alma; por lo general la banalidad de sus pensamientos las hace insoportables.
Aurora Cáceres Moreno
La astrología representa la suma de todos los conocimientos psicológicos de la antigüedad.
Carl Gustav Jung
El loco no puede reincorporarse a la realidad, está permanentemente viviendo su fantasía.
Carlos Castilla del Pino
Más celos da a la maldad la virtud que el vicio.
Eurípides
A lo largo de la vida cambia lo que intentamos comprender.
Flavia Company
Como obrero que soy, tengo entendido que el realismo literario, y más aún si se trata de realismo socialista, ese realismo no consiste en dar una visión fotográfica de la vida de los trabajadores, sino en que el autor, el escritor, el novelista, el narrador, ponga de sí su ideología, es decir, que sepa volcar en el trabajador su esperanza.
José María Arguedas
Caballeros: Hora es de montar, hora es de internarnos en nuestros montes, hora es de lamer nuestras heridas. Volveremos, y cuando volvamos seremos millones. Fuerza y Honor para todos. Gloria eterna a La Rosa de los Vientos. Hasta siempre amigos.
Juan Antonio Cebrián
No hay ninguna sociedad que está libre de elementos negativos. Hasta el rosal tiene espinas.
Juan Pablo II
La pobre no sabía que lo mejor de la santidad son las tentaciones.
Ramón María del Valle-Inclán
Estamos en un malestar general. ¿La gente realmente cree en algo más aparte de en la música y el deporte?
Richard Ashcroft
No solamente es estúpido, sino causa de la estupidez de otros.
Samuel Johnson
Lleváoslo y matadlo. Despacito.
Tom Hiddleston
Bajo el sol de medianoche los sueños tienden a ser de vivos colores.
Vladimir Nabokov