¿Hay un precepto que pueda guiar la acción de toda una vida? Amar.
Confucio
La realidad es el mayor sueño hecho realidad.
Albert Einstein
Algún día cuando se haya tomado conciencia de clase sabremos sin secretos que la verdad que nos hacía creer la burguesía era una mentira.
Alex Pimentel
El Espíritu Olímpico exalta y une en un conjunto equilibrado las cualidades del cuerpo, de la mente y de la voluntad.
Barón Pierre de Coubertin
Soy hermosa y mi piel es suave y el viento del mar me devuelve rocío de tiernas tersuras.
Clara Janés
Nuestra desconfianza justifica el que nos engañen.
François de La Rochefoucauld
Estoy intentando aprender a patinar con tabla ahora. Intenté patinar descalzo, mala idea: me corté todos los dedos de los pies.
Graham Coxon
La soledad es tan necesaria a la imaginación, como la sociedad es saludable para la educación del carácter.
James Russell Lowell
La mayoría de los temores los generan nuestros sentimientos.
John Maxwell
No hay nadie que no sea peligroso para alguien.
Madame de Sévigné
-Un científico tendrá- Temperamento enérgico dispuesto a resolver un problema; aplicación en las tareas y una fortaleza que lo mantiene erguido ante muchas cosas que podrán haberlo tumbado; y ante todo, perseverancia, un terco rechazo a desistir y a admitir la derrota.
Peter Brian Medawar
A largo plazo, hay algo que se llama justicia y que a última hora, este domingo, según mis cálculos, ha ido en el buen sentido.
Sebastian Vettel
No hace falta, mis pesadillas suelen ser sobre perderte, así que se me pasa cuando me doy cuenta de que estás a mi lado.
Suzanne Collins
La práctica de la paz y la reconciliación es una de las acciones humanas más esenciales y artísticas.
Thich Nhat Hanh
Cada mujer es un compendio de feminidad.
Thomas Overbury
Supón que, para divertir a sus amigos, un vienés bromista se inventa toda la historia del Ello, y del edipo, e imagina sueños que jamás ha tenido, y pequeños Hans que nunca ha visto... ¿Y qué sucede después? Pues que aparecen millones de personas dispuestas a convertirse realmente en seres neuróticos. Y otras miles dispuestas a explotarlas.
Umberto Eco