Nunca descuides los detalles. Cuando la mente de todos está como embotada o distraída, el líder debe estar al corriente de lo que pasa el doble. Los buenos líderes delegan y empoderan a los otros libremente, pero prestan atención a los detalles, cada día. El trabajo de un líder no es ser el jefe organizador sino el jefe desorganizador.