Nuestro sistema es la medida del absurdo, ya que tratamos al delincuente a la vez como un chico, de modo de tener derecho a castigarlo, y como un adulto, para poder negarle consuelo.
Claude Lévi-Strauss
En vuestro mundo tenéis necesidad del mal para sentir el bien, de la noche para admirar la luz, de la enfermedad para apreciar la salud.
Allan Kardec
No debi quererte, y sin embargo te quiero.
Amaia Montero
Mi alma te pertenece, mi corazón es tuyo para siempre y con sólo mirarte a los ojos se que te amará hasta la muerte.
Anónimo
¡Yo soy la nieta negra de Cristóbal Colón!
Celia Cruz
Has añadido insulto a la injuria.
Fedro
La moderación presupone el placer; la abstinencia, no. Por eso hay más abstemios que moderados. J-780
Georg Christoph Lichtenberg
No basta con saber, también hay que aplicar. No basta con querer, también hay que actuar.
Goethe
En todo el mundo, no hay soledad como en la gran ciudad.
Helen Hayes
La miseria es el más vergonzoso de los crímenes; quienes afirman lo contrario son los ricos.
Henri Bataille
El autor es el que menos cobra... De la edición de mi novela Corazón tan blanco, por la que el lector paga ocho dolares, yo me llevo sólo 40 centavos.
Javier Marías
Si hay algún mensaje de mi trabajo es, en última instancia, que está bien ser diferente, que es bueno ser diferente, que debemos cuestionarnos a nosostros mismos antes de emitir un juicio sobre alguien que aparenta diferente, se comporta diferente, habla diferente, o es de un color diferente.
Johnny Depp
Reescribiendo la espiral de prometer hacerlo bien, de cometer un nuevo error, de no saber pedir perdón o pedirlo demasiadas veces. de Ocho y medio., Desaparezca aquí.
Nacho Vegas
Los protestantes nativos aborrecían y oprimían a católicos e inmigrantes, y los católicos e inmigrantes despreciaban y asesinaban a los negros, como si cada grupo viviera de su odio y necesitara el alimento que proporcionaba el tuétano de alguien más débil.
Noah Gordon
El trabajo del arquitecto de hoy es crear hermosos edificios. Eso es todo.
Philip Johnson
Los tiranos no pueden acercarse a los muros invencibles de Colombia sin expiar con su impura sangre la audacia de sus delirios.
Simón Bolívar