La amistad es un acuerdo perfecto de los sentimientos de cosas humanas y divinas, unidas a la bondad y a una mutua ternura.
Cicerón
... es muy posible que internet sea la principal esperanza para el restablecimiento de un entorno comunicativo abierto donde pueda prosperar la conversación de la democracia.
Al Gore
Los canadienses deberían rogar porque los Estados Unidos no se viren dormidos una noche y los aplasten. Deben sentirse dichosos de que les permitamos existir en el mismo continente.
Ann Coulter
El día más aterrador de tu vida es el día que nace tu primer hijo. Tu vida, la que conoces, se acaba, y nunca volverá; pero luego aprenden a caminar y a hablar y quieres estar con ellos, y acaban convirtiéndose en las personas más deliciosas que conocerás en toda tu vida.
Bill Murray
El diseño es una expresión de propósitos. Puede, si es suficientemente bueno, llegar a ser considerado como arte posteriormente.
Charles Eames
La tercera roca desde el sol, donde esta Eddie!
Eddie Guerrero
En tanto que la lucha por la verdad salva a la realidad de la destrucción, la verdad empeña y compromete la existencia humana. Es el proyecto esencialmente humano. Si el hombre ha aprendido a ver y saber lo que realmente es, actuará de acuerdo con la verdad. La epistemología es en sí misma ética, y la ética es epistemología.
Herbert Marcuse
La tecnología por sí sola no basta. También tenemos que poner el corazón.
Jane Goodall
Este país no es democrático, no está acostumbrado.
Javier Gutiérrez
Un pueblo habituado durante largo tiempo a un régimen duro pierde gradualmente la noción misma de libertad.
Jonathan Swift
Una figura tan escuálida que asustaba; un semblante de una repulsiva lividez, casi blanco, macilento. Parecía un cadáver accionado por un mecanismo.
Ladislav Klíma
Magaly Solier Romero, Huantina y Peruana deCorazón.
Magaly Solier
La demagogia es la hipocresía del progreso.
Pierre Joseph Proudhon
No puedo obsesionarme en los aspectos negativos. Pienso positivo.
Selena
Y, quizás, los mástiles, invitando a las tormentas son los que un viento inclina sobre los naufragios perdidos, sin mástiles, sin mástiles, ni islas fértiles... ¡Pero, oh corazón mío, escucha el canto de los marineros!
Stéphane Mallarmé
¡Estábamos bien! Unidos: mi madre, mis hermanos, mi padre... me pegaba pero... él mandaba. Era un hombre fuerte, alto, sólido, guerrero. Pero debo decir que años después cuando estaba en Nueva York, habría preferido un bofetón de mi padre a esa soledad.
Waris Dirie