Del hecho de que no todos los enfermos se curan se deduce que la medicina no es un arte.
Cicerón
Otras calman el dolor.
Anónimo
La desconfianza es la madre de la inseguridad.
Aristófanes
El exceso de información ya es obra de deformación.
Facundo Cabral
Si bien es cierto que el camello es el animal que más tiempo puede permanecer sin beber, es preciso reconocer que cuando bebe se pone insoportable.
Jaume Perich
No es verdad que el pueblo sea incapaz de gobernarse a sí mismo si se encuentra una forma conveniente para que exprese su voluntad.
José Batlle y Ordóñez
Si alguien piensa que no tiene responsabilidades, es que no las ha descubierto.
Mary Lyon
Quien quiere ahogar a su perro dice que está rabioso.
Molière
... al construir máquinas es a menudo de la mayor importancia extender hasta ellas ciertos atributos que no se encuentran en lo animales inferiores. Si el lector considera que esto es una extensión metafórica de nuestras personalidades humanas, está en su derecho, pero es necesario advertirle que las nuevas máquinas no dejarán de trabajar tan pronto como haya cesado la colaboración humana.
Norbert Wiener
El fruto del Espíritu es amor, alegría, paz, paciencia, afabilidad, bondad, fidelidad, mansedumbre, dominio de sí
Pablo de Tarso
Los hombres se atan al cuello un pañuelo celeste o rojo, con lo cual se ahorran juiciosamente la molestia de inventar un programa.
Rafael Barrett
Tu piel dulce y salobre que respiro y que sorbo pasa a ser mi universo, el credo que se nutre; la aromática lámpara que alzo estando ciego cuando junto a la sombras los deseos me ladran.
Roque Dalton
Vas a decirme que te traicioné. Y que vienes por mí. Y que debería tener mucho miedo. Bueno, déjame decirto algo, hermanito. Tú eres quien debería tener miedo.
Sarah Paulson
Estas cosas son minúsculas; mas por no despreciar estas pequeñeces nuestros antepasados realizaron esta otra cosa tan grande.
Tito Livio
El mayor placer de la vida consiste en llevar a cabo lo que todo el mundo dice que no puedes hacer.
Walter Bagehot
Es la función de todo comandante aquella de hacerse odiar por sus soldados, para que cuando acometan una orden en batalla la ejecuten con todo ese odio que reservan para ti, el odio extremo que les lleva a matar... Pero nunca pude imaginar que se pudiera llegar a odiar tanto, tanto odio, que se negaran a obedecer las órdenes de un superior; no se puede odiar tanto, no es posible.
William Faulkner