El testimonio de mi conciencia es para mí de mayor precio que todos los discursos de los hombres.
Cicerón
La gente que está tratando de hacer este mundo peor no toman ni un día libre, ¿cómo podría tomarlo yo? Hay que iluminar la oscuridad.
Bob Marley
Sé que jamás la encontraré. Te saldré a bailar para disfrazar el drama que llevo adentro.
Enrique Cadícamo
El hombre normal no duda ante nada y no sospecha nada.
Henri-Frédéric Amiel
No hay peor contaminación que la pobreza.
Indira Gandhi
Lo que dices en presencia nuestra, piénsalo en ausencia nuestra.
Isócrates
Estoy conforme en que las sociedades decreten la abolición de la pena de muerte, pero que empiecen por abolir a los asesinos.
Jean-Baptiste Alphonse Karr
Para acabar las cosas, hay que empezar a hacerlas.
Josemaría Escrivá de Balaguer
Meine Sätze erläutern dadurch, daß sie der, welcher mich versteht, am Ende als unsinnig erkennt, wenn er durch sie -auf ihnen- über sie hinausgestigen ist.
Ludwig Wittgenstein
No digas lo que pienses cuando hables de negocios con extraños.
Marlon Brando
Porque es un hecho bien establecido que el presente no existe sino en la medida en que se hace pasado y ya pasó... como la juventud. En resumidas cuentas sólo nos va quedando el mañana: yo levanto mi copa por ese día que no llega nunca pero que es lo único de lo que realmente disponemos.
Nicanor Parra
Los amigos son una ficción basada en alguna momentánea experiencia.
Ralph Waldo Emerson
Siento un desprecio absoluto por el dinero. Para otro hombre, el dinero que usted me quitó por la violencia constituiría una desgracia irreparable; para mí... Ese dinero no existió nunca.
Roberto Arlt
El verdadero valor no es llamar a la muerte, sino luchar contra el infortunio.
Séneca
No puedo creer en la inmortalidad del alma. No, todo lo que se dice sobre la existencia después de la tumba está mal. Es sólo el producto de nuestra tenacidad hacia la vida. Nuestro deseo de seguir viviendo. Nuestro pavor de llegar a un final.
Thomas Alva Edison
No pongas más tu confianza en aquel a quien tú mismo puedes derrocar.
Thomas Fuller