Hay dos clases de belleza, el encanto y la dignidad. El encanto es la cualidad de la mujer; la dignidad, del hombre.
Cicerón
Cuando me preguntaron sobre algún arma capaz de contrarrestar el poder de la bomba atómica yo sugerí la mejor de todas: La Paz.
Albert Einstein
El conocimiento humano se basa en dos palabras: Confiar y esperar.
Alejandro Dumas
La extensión y oscuridad de aquellos altos muros despertaron imágenes terroríficas en su mente, y casi esperaba ver a un grupo de bandidos asomando entre los árboles.
Ann Radcliffe
Resulta instructivo ver cómo los nacionalistas se hacen su propia cama, a costa del insomnio del resto del país.
Antonio Gala
Las olas, al retirarse, dejaban de vez en cuando la arena tan seca como la del desierto; y los árboles y arbustos se estremecían y se sacudían en incesante agitación, como el oleaje de un temporal en plena noche.
Charles Maturin
La batalla por los derechos de las mujeres es de una larga data y ninguno de nosotros debe apoyar todo aquello que los socave.
Eleanor Roosevelt
Los arquitectos crean ciudades, los ángeles bosques.
Fernando Arrabal
Cuando dejamos morir el bosque, las palabras pierden el sentido.
Günter Grass
La lucha por la libertad es la esencia de la misma libertad.
Henrik Ibsen
¡Ojalá vivamos de manera que no temamos a la muerte de aquí; y ojalá muramos de modo que no temamos a la vida de allí!
James Bailey
La verdadera ignorancia no es la ausencia de conocimientos, sino el hecho de negarse a adquirirlos.
Karl Popper
Así pues, Sismondi afirma que, debido a la desigualdad de la distribucción inherente al capitalismo, el mercado interior se reduce, que éste debe ser originado por una distribución equitativa.
Lenin
Quien sólo busca el aplauso de los demás, pone su felicidad en manos ajenas.
Oliver Goldsmith
Software propietario significa, fundamentalmente, que usted no controla lo que hace; no puede estudiar el código fuente o modificarlo.
Richard Stallman
Mientras más se hacen asequibles al ser humano los frutos del conocimiento más se distribuye el declive de las creencias religiosas.
Sigmund Freud