Todo lo que hace Dios es vernos y matarnos cuando nos aburrimos. No debemos nunca ser aburridos.
Chuck Palahniuk
No vale la pena llegar a la meta, si no se disfruta del viaje.
Anónimo
No busco, en efecto, entender para creer, sino que creo para entender. Pues creo esto, porque si no creyere, no entendería.
Anselmo de Canterbury
No hay felicidad en el amor, excepto al final de una novela inglesa.
Anthony Trollope
¿Nunca fue la palabra un instrumento?
Enrique Lihn
Llevamos siempre una máscara cada vez diferente, que cambia en cada papel que nos asigna la vida, la del profesor, del amante, del intelectual, del mundo engañado, del héroe, del hermano afectuoso.
Ernesto Sabato
Yo digo que la literatura es lo esencial, lo básico. Todo lo que no sea literatura no existe. Porque, ¿dónde está la realidad? Un árbol lo es porque uno lo está nombrando. Y al nombrarlo está suscitando la imagen inventada que teníamos. Pero si no lo nombras el árbol no existe.
Francisco Ayala
¿No es razonar de la misma manera concluir que un objeto no comporta ni extensión ni forma porque a los ojos de un observador parezca pequeño, liso o redondo, y a los ojos de otro observador y en el mismo momento parezca grande, rugoso y anguloso?
George Berkeley
El hombre y la mujer son siempre extraños de alma e inteligencia, son siempre dos beligerantes y entre ellos siempre tiene que haber un vencedor y un vencido.
Guy de Maupassant
Cuando escucho el término derecha pienso en Hitler, Satanás y Guerra Civil. Cuando pienso sobre la derecha pienso en terroristas.
Kurt Cobain
Huir de los hombres no quiere decir odiarlos.
Lord Byron
A los que contemplan la luna, las nubes a veces ofrecen una pausa.
Matsuo Basho
Hablar verdaderamente con alguien es abrazarlo, y en cuanto cruzamos las primeras palabras tuve la sensación de que habíamos empezado a hacer el amor.
Paul Auster
Hay que saber adaptarse a la suerte de cada uno.
Pietro Metastasio
El mundo lo llama placer. Mi tío lo colecciona -lo mantiene limpio y ordenado, en estantes protegidos, pero lo conserva de un modo extraño no para su propio deleite, no, eso nunca; más bien, porque proporciona combustible para la satisfacción de una curiosa lujuria. Me refiero a la concupiscencia del bibliotecario.
Sarah Waters
De tu cuerpo quisiera levantar palacios, arquitectónicos jardines y terrenales paraísos monumentales.
Tristan Tzara