El cristianismo está demasiado reprimido para prometer sexo en el paraÃso (de hecho, nunca ha conseguido construir un cielo que resulte tentador en algún aspecto).
Christopher Eric Hitchens
Ciertamente se hallarán pocas cosas que contribuyan a corromper a un pueblo tanto como la costumbre de odiar.
Alessandro Manzoni
En la biblioteca me sentÃa feliz.
Alice Munro
Cantaré hasta morir, hasta verte sonreÃr; donde estés te cantaré sólo a ti.
Amaia Montero
Es conveniente escuchar a las mujeres y no contestarles.
Anónimo
Al pueblo lo que es del pueblo; Al cesar lo que es del César; Y adiós porque yo me voy.
Belisario Betancur
La razón está siempre presente para acusar la liviandad y la injusticia de las pasiones y para turbar el reposo de quienes a ellas se entregan; pero las pasiones, a su vez, están siempre vivas aun en el hombre que ha renunciado a ellas.
Blaise Pascal
No reÃrse de nada es de tontos, reÃrse de todo es de estúpidos.
Groucho Marx
pero la realidad es que el mundo es demasiado pequeño para jurar no volver a verse. Solo se pierden de vista aquellos que realmente lo desean.
Joël Dicker
Cuando faltan garantÃas para censurar a las autoridades, cuando en las graves cuestiones polÃticas, religiosas y sociales no se puede emitir libremente las ideas, los hombres enmudecen o consagran toda su fuerza intelectual a discusiones insÃpidas, rastreras y ridÃculas.
Manuel González Prada
Cada una de tus sonrisas me quita el peso de un año.
Maurice Maeterlinck
¿Sabes de qué están hechos los sueños? ¿Hechos? Sólo son sueños. No. No lo son. La gente cree que no son reales porque no son materia, partÃculas. Son reales. Están hechos de puntos de vista, imágenes, recuerdos, juegos de palabras y esperanzas perdidas...
Neil Gaiman
Lo de esta vida es prestado, que en un instante lo hemos de dejar como otros lo han dejado.
Nezahualcóyotl
No hay razón donde hay fuerza.
Pedro Calderón de la Barca
En las selvas les cantan las cigarras y en el azul les miran las estrellas..
Rubén DarÃo
Más seguro está en la virtud el que ya pasó por los vicios.
Séneca