Soy muy abstracta en los sueños: hablo con sillas, con mesas... estoy medio pirada. Tampoco me los tomo muy en serio.
Me he dado cuenta que los amigos están generalmente, más o menos, tan felices como sus mentes estén.
Hay peregrinos de la eternidad, cuya nave va errante de acá para allá, y que nunca echarán el ancla.