Leeré mi victoria en tus ojos, contemplando, y probando el cambio; luego dejaré, indiferente, mi noble premio en manos de las armas distantes.
Charlotte Brontë
Toda verdad atraviesa tres fases: primero, es ridiculizada; segundo, recibe violenta oposición; tercero, es aceptada como algo evidente.
Arthur Schopenhauer
El mayor placer que conozco es hacer sigilosamente una buena acción y dejar que se descubra por accidente.
Charles Lamb
Uno es viejo cuando sustituye sus ilusiones por sus recuerdos. Cuando empieza a mirar más hacia atrás que hacia delante. La vejez no depende de los años, sino de las ilusiones por cumplir.
Enrique Rojas
La creatividad es fácil, lo difícil es tener la idea.
Ferran Adrià
Una casa de Dios es el estómago vacío de un pobre: quien lo sacia, cumple también la voluntad de Dios.
Friedrich Rückert
Cuando tengas ganas de morirte no alborotes tanto: muérete y ya.
Jaime Sabines
Vienen hasta nosotros, pero a nosotros el amor arrastra, y, sin masticar, engulle. Por él, como por bala encadenada, tropas enteras mueren.
John Donne
Si las conociéramos, las cosas del cielo tendrían otros nombres.
José Saramago
No se ayuda a la patria con acciones irreflexivas y sin salida.
Juan Carlos de Borbón
Tardo cinco a diez minutos en arreglar mi cabello, bueno tal vez ocho.
Justin Bieber
Las derrotas no engrandecen nada por desgracia, pero también uno se da cuenta de la dificultad de lo que he hecho hasta hoy. Ayuda a valorar todo lo que he hecho anteriormente.
Rafael Nadal
El sentido de escribir es buscar el sentido de la existencia.
Rosa Montero
Todos los hombres se consideran héroes en tanto que no divisan al enemigo.
Vardhama
Más que en ningún otro momento de la historia, la humanidad se halla en una encrucijada. Un camino conduce a la desesperación absoluta. El otro, a la extinción total. Quiera dios que tengamos la sabiduría de elegir correctamente.
Woody Allen
La supervivencia parte de reparar en lo que tienes a tu disposición, en lo que está a mano. Mirar hacia fuera equivale a soñar, dejar que se te escape la vida de las manos.
Yann Martel