No soy un buen líder, ya que cambio de opinión constantemente y me cuesta tomar decisiones.
Charlie Watts
Ni hay quien ponga la fe en duda, que alguna vez no la niegue.
Alonso de Barros
¿Ves? Cuando le das a reiniciar ya vuelve a funcionar ¿Te gustaría que pudieses hacer lo mismo con la suegra?
Andreu Buenafuente
¿Quieres que hablen bien de ti? No hables bien de ti mismo.
Blaise Pascal
La filosofía es el cultivo de las facultades mentales. Desarraiga nuestros vicios y prepara el espíritu para recibir la semilla adecuada.
Cicerón
Los amigos son mi propiedad. Perdonadme la avaricia de acumularlos.
Emily Dickinson
Es el amor que da en lugar de recibir, el amor que se empequeñece en vez de ocupar todo el espacio, el amor que desea el bien del otro antes que el suyo propio, el amor liberado del ego.
Emmanuel Carrère
No conviene mostrar la verdad desnuda, sino en camisa.
Francisco de Quevedo
A medida que tenemos más luz, vemos que somos peores de lo que creímos.
François Fénelon
Hay que provocar en el que escucha que piense por su cuenta. No hay que adoctrinar, hay que provocar. Me gustaría pensar que, en algún momento, algo de lo que digo les sirva de provocación para que salten por encima de mí, para que se hagan y lo hagan mejor todavía.
José Luis Sampedro
Mucha gente pequeña en muchos lugares pequeños harán cosas pequeñas que transformaran al mundo.
Leo Buscaglia
El principio de que la mayoría tiene el derecho a gobernar a la minoría convierte a todo gobierno en una competencia entre dos cuerpos de hombres, entre quienes mandarán y quienes serán esclavos; una competencia que nunca podrá terminar mientras el hombre se resista a ser esclavo.
Lysander Spooner
Puedes amortiguar el temor, pero no lo puedes eliminar. Eso solo lo puede hacer la gracia de Dios.
Max Lucado
No tengo ni idea de cuáles son las ordenes de Eddie Irvine, pero las esta cumpliendo extraordinariamente bien.
Murray Walker
Todo en esta vida tiene un precio.
Paulo Coelho
El vidrio del ojo de buey estaba roto, y por allí se colaban ráfagas de viento que hacían bailar la lengua amarilla de una candela sujeta en una palmatoria al muro.
Roberto Arlt