Ninguna mujer se queja de una cita donde solo hablo ella.
Charlie Sheen
Porque existen hambres mucho peores que no tener nada que comer, intemperies mucho más crueles que carecer de un techo bajo el que cobijarse, pobrezas más asfixiantes que la vida en una casa sin puertas, sin baldosas ni lámparas.
Almudena Grandes
No estoy en competición con nadie más excepto conmigo misma. Mi siguiente meta es superar mi última actuación.
Céline Dion
Dios no está con nosotros porque odia a los idiotas.
Clint Eastwood
La moda se pasa de moda, el estilo jamás.
Coco Chanel
El que no recibe más que impresiones gratas, se degrada física y moralmente, se envilece sin remedio.
Concepción Arenal
El mar solo es el mar cuando se mueve. Las olas son lo que distingue al mar de un charco muy grande. El mar no es nada más que sus olas. Y todas las olas del mar terminan chocando con lo que ellas mismas empujan y rompiendo.
David Foster Wallace
La fortuna, en verdad, ayuda a aquellos que tienen buen juicio.
Eurípides
Siempre es mejor que la gente hable cara a cara, con el corazón en la mano. De lo contrario acaban surgiendo malentendidos. Y los malentendidos son una fuente de infelicidad.
Haruki Murakami
Virgen de la Amargura, devuélveme la vida, sin ti todo es usura, y noches perdidas.
Joaquín Sabina
La política es el deporte más caro, la actividad más costosa de ejercer en el país.
Luis Spota
No importa cuánto se viva sino cómo se vive, si se vive bien y se muere joven, se puede haber contribuido más que una persona hasta los ochenta años preocupada sólo de sí misma.
Martin Luther King
Siempre es la persona equivocada, siempre son los que todo el mundo cree que están locos.
Michael Murphy
Cuando la mente se despierta, hay que dar de lado a los libros como impertinentes.
Ralph Waldo Emerson
La educación es la capacidad de escuchar casi cualquier cosa sin perder el genio o confianza en ti.
Robert Frost
Recuerdo cómo salimos en tropel los jugadores de ajedrez... Y cómo, a medida que nos acercábamos a la plaza San Martín nos íbamos poniendo serios y éramos cada vez menos, y al fin, cuando crucé la plaza, me vi solo.
Rodolfo Walsh