Es imposible escribir la historia antigua porque no tenemos suficientes fuentes e imposible escribir la historia moderna porque tenemos demasiadas fuentes.
Charles Péguy
El inconsciente puede reservar mensajes esenciales para los oídos que sepan ponerse a la escucha.
Carl Gustav Jung
Loco es el que se tiene por cuerdo y cree que los necios no son de su condición.
Carlos Ruiz Zafón
En una revolución se triunfa o se muere, si esta es verdadera.
Che Guevara
La cara es el espejo del alma, y los ojos son sus intérpretes.
Cicerón
La arrogancia es la manifestación de la debilidad, el miedo secreto hacia los rivales.
Fulton John Sheen
Hay gente que cree que porque se ríe de que el cojo se cae tiene sentido del humor. Hay que reírse cuando es uno el que se cae. Te diviertes mucho más.
Joan Manuel Serrat
Un matemático puede decir lo que quiera, pero un físico debe estar al menos parcialmente, en su sano juicio.
Josiah Willard Gibbs
Tenemos la obligación de dar ejemplo con nuestra vida y nuestra doctrina, no sea que hayamos de pagar nosotros el castigo de quienes parecen ignorar nuestra religión, y así pecaron por su ceguera. Pero también vosotros debéis oírnos y juzgar con rectitud porque, en adelante, estando instruidos, no tendréis excusa alguna ante Dios si no obráis justamente.
Justino Mártir
Ningún chico sería mi amigo hasta que le hubiese ganado en una carrera. Y ninguna chica sería amiga mía si no trepaba a los árboles ni saltaba vallas.
Louisa May Alcott
Con la libertad, las flores, los libros y la Luna, ¿quién no sería perfectamente feliz?
Oscar Wilde
La novela no es para tumbar gobiernos, ni para sacar a la gente de la cárcel, en lo posible es para meter al autor a la carcel, es lo que casi siempre ocurre.
Rafael Humberto Moreno-Durán
Nada es un descanso para mí. Ni siquiera los descansos son los descansos.
Robert Downey Jr.
Cuando el terror está acechando, las normas, las leyes, se doblan, se cambian, se ignoran.
Santiago Posteguillo
Nunca tuve un día de trabajo en mi vida, todo era diversión.
Thomas Alva Edison
A la derecha se hallaban las teas, alineadas ante las ruinas de un palacio inmenso, cuyos muros se hallaban cubiertos de distintas figuras; al frente se veían las gigantescas estatuas de cuatro animales, mezcla de grifo y leopardo, que inspiraban espanto.
William Beckford