Dudo que la humanidad sea una cualidad natural o innata.
Charles Darwin
Mercaderes e industriales no deben ser admitidos a la ciudadanía, porque su género de vida es abyecto y contrario a la virtud.
Aristóteles
Hay una catedral descendente y un lago ascendente. Hay un pequeño carruaje abandonado en el soto, o bien bajando a toda prisa por el sendero, adornado con cintas. Hay una compañía de cómicos ambulantes, vestidos para la representación, divisados en el camino por entre la linde del bosque. Hay siempre, en fin, cuando se tiene hambre y sed, alguien que llega y os echa de allí.
Arthur Rimbaud
Ninguna nación mantiene su palabra. Una nación es un gran gusano ciego.
Carl Gustav Jung
La botella no está ni medio vacía ni medio llena, está por la mitad, que lo interpreten como quieran.
El Chojin
Tenía capacidad para sorprender, como todos los imbéciles mayúsculos, y por supuesto para irritar de nuevo en un solo segundo.
Javier Marías
Todo escritor necesita una producción mínima de palabras al día, a la semana, o al mes para acabar su obra. Escribir es un trabajo.
Jean Larser
El sentido común es siempre una bendición, y la educación es frecuentemente un azote.
John A. Shedd
Las personas cambian cuando han sufrido lo suficiente para tener que cambiar.
John C. Maxwell
Todo lo que sé lo sé porque amo.
León Tolstói
Pienso con frecuencia en esta imagen que sólo yo sigo viendo y de la que nunca he hablado.
Marguerite Duras
Unos hombres impíos que aparentan ser virtuosos. En toda la cristiandad los devotos siempre han tenido mucha fe y esperanza en las reliquias. Hay un vasto y ricocomercio de tales objetos y una mortal competencia.
Noah Gordon
El crecimiento es algo progresivo e invisible, pero también lo es el hábito de ser corriente y mediocre. De manera que dedícate en cuerpo y alma a reinventar las cosas y mejorarlas constantemente. Sin innovación, la vida es muerte.
Robin S. Sharma
El pasado es un país lejano.
Roger Wolfe
Concede más importancia a quién es el favorecido que a lo que es el favor que recibió.
Séneca
Le pareció que él siempre había sido considerado con la gente. En realidad, por lo general le importaba más lo que pudieran pensar de él los demás, que lo que pensaba él de sí mismo. Era la opinión de los demás acerca de él lo que más le preocupaba. Ahora comprendía que lo importante no era lo que los demás pensaran de él, sino lo que pensaran de sí mismos.
Spencer Johnson