Un cobarde es un hombre capaz de prever el futuro. Un valiente es casi siempre un hombre sin imaginación.
Charles Bukowski
De la alimentación con carne dependen los demás vicios.
Agustín de Hipona
No había nada más difuso, inútil, borroso y sangrante que un proyecto interno. Era una especie de orgía en la que participaba toda la empresa y a mí siempre me daban por el culo.
Alfredo de Hoces
El sentido del humor consiste en saber reírse de las propias desgracias.
Alfredo Landa
En ninguna otra parte del mundo, más que en la Bolsa, se encontrarán tantas personas por metro cuadrado que viven por encima de sus capacidades intelectuales.
André Kostolany
Si crees que yo soy bueno, espera ver a mi sobrino.
Ayrton Senna
El placer de los ricos consiste en poder hacer felices a otros.
Blaise Pascal
Ni siquiera me mencione la palabra perder. No soporto pensar en ello.
Bobby Fischer
En semifinales contra Alemania, el rival quiso hacerse con la pelota, quiso jugar sus armas, pero se vio obligado a replegarse. Fuimos nosotros los que les echamos atrás. En la Copa del Mundo Sudáfrica 2010
David Villa
La voluntad del individuo es principalmente potencial, una fuerza latente, y su paso a la manifestación de la energía, requiere como razón suficiente un motivo, que siempre posee la forma de una representación mental.
Eduard von Hartmann
Dios no ha muerto, sencillamente se mantiene al margen.
George Bernard Shaw
Los pueblos predominantes a fines del siglo XIX creían predominar por virtud de la 'Lucha por la Existencia', en la que el fuerte y el astuto vence al débil y al confiado. Y creían, además, que tenían que ser fuertes, enérgicos, insensibles, 'prácticos' y egoístas.
H. G. Wells
Entre los tontos el vacío se parece a la profundidad. Para el que es vulgar, la profundidad es incomprensible. De ahí viene quizá la admiración del pueblo por todo aquello que no comprende.
Honoré de Balzac
En la tragedia sólo conmueve lo verosímil.
Jean Racine
El Barça casi siempre juega contra 10.
José Mourinho
Llegaré a París mañana por la noche: no te laves.
Marlene Dietrich