Los errores causados por los datos inadecuados son mucho menores que los que se deben a la total ausencia de datos.
Charles Babbage
Paréceme que, lo que es injusto, no es ley.
Agustín de Hipona
Se aferran a su parecer, no por verdadero, sino por suyo.
me miras y me reconoces, pero en ese momento de lucidez no sabes realmente quien soy, tranquilo es solo una imagen de mi mismo que te recuerda a la images de un rockstar.
Anónimo
Si fuera un reloj en vez de ir de segundo en segundo iría de primero en primero.
El Chojin
El Fulham es un gran equipo del que no sé nada.
Enrique Cerezo
El mundo está invadido de sexos y de seres. El mundo es una orgía de placer.
Giannina Braschi
Siempre me fascinó la idea del Robinson Crusoe. Me lo regalaron siendo muy chico, debo haberlo leído más de veinte veces. El Eternauta, inicialmente, fue mi versión del Robinson. La soledad del hombre, rodeado, preso, no ya por el mar sino por la muerte.
Héctor Germán Oesterheld
El que obtiene lo que es suficiente no debe desear más.
Horacio
Tenia razón Neluco cuando me afirmaba que el hombre de inteligencia cultivada lleva en si propio los recuerdos necesarios para vivir a gusto en todas partes, con tal que no trueque los cabos de la polea ni se empeñe en subir lo que está abajo, en lugar de bajar lo que está arriba, hasta conseguir el nivel de ideas apetecido para un fin determinado.
José María de Pereda
La ley básica del capitalismo es tú o yo, no tú y yo.
Karl Liebknecht
La tinta del intelectual es más santa que la sangre del mártir.
Mahoma
Cordero de dios que lavas los pecados del mundo, dime cuántas manzanas hay en el paraíso terrenal.
Nicanor Parra
Realizamos inversiones para fabricar nuestro concentrado y venderlo con un beneficio operativo. Pagamos entonces el coste de los fondos invertidos. Los accionistas reciben la diferencia.
Roberto Goizueta
Si quieres saber quién soy, pregunta a las verdes olas; como ellas, sin compromiso, jamás sé lo que deseo.
Tove Ditlevsen
Las desgracias nos traen a la memoria las misericordias de Dios, y no los pecados, por que las merecemos.
Vicente Espinel